domingo, 30 de septiembre de 2018
“Hasta las manos” Construcción de un Horno de Bajo Consumo. Propuesta de Trabajo - Plan 2012 Año 2017
Consolidación de un ESPACIO-TALLER para el Plan 2012. Reciclaje de Yerba Mate para Plantar Aromáticas.
Objetivo general: Promover proyectos de trabajo que puedan funcionar para los estudiantes del plan 2012 como herramientas para desenvolverse en el mundo del trabajo, tanto como seguir insertos en el sistema educativo.
Objetivos específicos:
Integrar los conocimientos para construir un horno Mixto, de Barro con un tanque. Para realizar Pizza, Pan, Tartas, Galletería, etc.
Aportar herramientas y técnicas de Bioconstrucción
Generar habilidades para gestionar pequeños proyectos productivos orientados a lo gastronómico (panificación especialmente)
Diseñar y construir un espacio-taller para el plan 2012.
Promover actividades de agricultura y reciclaje
Idea y Fundamentación: Armaremos un horno, con una técnica que permite cocinar maximizando el uso de la leña, podemos decir que es de bajo consumo. Desde lo pedagógico, nos permite trabajar los aspectos de concreción de ideas y proyectos. Y en ese sentido experimentar diferentes técnicas de Bioconstrucción, que podrían habilitar en el futuro de cada estudiante para la autoconstrucción, o participar en bioconstrucciones, rubro creciente en la zona. Aprender a hacer un horno provee una herramienta para posibles emprendimientos tanto en construcción como gastronómicos, con elementos que en su mayoría pueden recolectarse. Este emprendimiento se complementa con la preparación de pan, pizza y otros productos panificados. También adjuntamos en el croquis y proponemos la construcción de un Espacio-Taller 2012, que sirva como un espacio para desarrollar talleres, usar el horno, preparar la merienda, etc.}
Se plantea como una segunda etapa, es decir para el segundo semestre 2017. En esta primera etapa planteamos tener el Horno construido para Julio. Solicitamos también para esta primera parte el acondicionamiento lumínico del patio del fondo del liceo, donde planteamos construir el Horno. A partir de un planteo que se hizo este año en la primer sala docente del Nocturno, sobre la problemática de la Yerba Mate vaciada de los mates que quedaba en los salones, planteamos juntarla, para la fabricación de Humus de Lombriz y usar este medio de cultivo para la Plantación de Aromáticas y Plantines de especies alimentarias de estación.
Los proyectos se orientan y generan sinergia hacia la construcción conceptual de la Soberanía Alimentaria, la dignificación y empoderamiento que genera tener las herramientas para producir alimento, construirse una casa y poder integrarse al mundo del trabajo. Esta “coherencia” entre los proyectos, promueve un fortalecimiento de la propuesta, y apunta a la integralidad de la misma., considerando además que los mismos se trabajarán transdisciplinariamente en los 3 Seminarios-Taller. No desechando además que cada Taller trabaje herramientas específicas cognitivas y conceptuales para que los estudiantes continúen insertos en la propuesta liceal o en la UTU. Solicitamos también la autorización para utilizar y acondicionar los canteros de ladrillos que se encuentran en los patios del liceo. Materiales: 200 ladrillos, 1 tanque, Tierra, Arena, Pasto (cortado),Baldes,1 o 2 pedazos de poliuretano: 2x2 o 3x3 1 malla de electro-soldado o gallinero para la cúpula, Varillas de 6 mm o pedazos de hierro más gruesosMateriales para el acondicionamiento del tanque, Bisagra. Manija, etc.
lunes, 3 de septiembre de 2018
Cuando el Carbón hizo Grande a Inglaterra
Inglaterra era un pequeño país que vivía de las migas que se le caían de la mesa al Rey de España. El Carbón lo llevó al Imperio Mundial y construyó así el Mundo Moderno, la Sociedad Industrial en la que vivimos.
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Introducción. Como verán en los fragmentos de Engels que copio, Inglaterra que era antes un país como cualquier otro, en 60 años se transformó en un país como ningún otro.
Tamaños: Comparación de tamaños entre Inglaterra + Gales, y Uruguay, España y la provincia de Buenos Aires.
¿Porqué esta comparación? Porque Inglaterra es un país muy, muy pequeño y España un país muy grande -en tamaño, y esto no se sabe ni es entendido.
Esta comparación con el país más pequeño de Sudamérica permitirá entender mejor las cosas, y concretar en cifras, no hablar en el vacío y divagar de forma cualitativa.
“Uruguay” 176.215 km2
“England” 130.395 km2 “Gales, Wales” 20.768 km2 = 151.163 km2
“Buenos Aires provincia” 307.571 km2
“España” 504.782 km2
Extremadura (41.635 Km2) + Andalucía (87.260 Kms) = 128.903 Km2 juntos son apenas más pequeños que England, y bastante más pequeños que el Uruguay.
[Para que conozcan la ignorancia supina que prevalece en España: el escritor y poeta García Trapiello dice que Uruguay es más pequeño que Extremadura !! y que son igual de habitantes (Uruguay tiene 3,5 millones, Extremadura, 1:100.000. “El jardín de la pólvora”, Austral, página 433]
¿Cómo Inglaterra este pequeño país, más pequeño que Francia, Alemania o Italia, más pequeño que Uruguay o Buenos Aires, mucho más pequeño que España aún sumándole Gales a Inglaterra y pudo superar al imperio más extenso del mundo, y reemplazarlo, y triunfar sobre sus rivales europeos y alcanzar el Imperio Mundial?
La respuesta está no en la política ni las instituciones, tabarra preferida de los historiadores de Sinapia, ni es la guerra -en la que España triunfó muchas veces- sino en el poder continuo y creciente que el Carbón, esta fuente de energía le otorgaba al país.
Los tres Imperios del Carbón: China, Inglaterra, los EEUU, con menor referencia a Alemania, otro imperio construido sobre el carbón y el hierro.
Aunque la historia del carbón empieza propiamente en China, y los EEUU desplazaron eventualmente a Inglaterra en la producción de carbón, nos referiremos al carbón en Inglaterra hasta mediados del siglo XX.
Y de su sorprendente comienzo, ya que comienza en la Edad Media su consumo masivo, y eso si no nos queremos remontar a los romanos en Inglaterra.
La extracción del carbón ocupaba en Inglaterra, a principios del Siglo XX, a uno de cada 16 trabajadores, un millón de mineros.
El Carbón construyó Londres, y Londres construyó Inglaterra
Londres, a orillas del Támesis, reunía las siete características que hacen grande a una ciudad
- Río navegable
- Asiento de la realeza
- Lugar de la nobleza
- Centro judicial
- Industria, Comercio y Bajos Impuestos
- Asiento del Saber -Oxford y Cambridge no están lejos
- Religión y Santidad: Henry VIII se declara Papa, florecen templos de su secta
Pero todas estas nobles características son imposibles de mantener sin una fuente de energía, que en la Europa era la leña para mantener la vida de la ciudad.
Londres agota pronto toda la leña alrededor y cerca de la ciudad pero le llega el Sea-coal -el carbón marino
¿Sea-coal, carbón marino? Qué nombre extraño. Lo llamaban así porque les llegaba por el mar, desde el norte de Inglaterra desde Newcastle.
La distancia de Newcastle a Londres en línea recta son 414 Kms, por mar debido a la inevitable desviación son casi 600 Kms, y sin embargo era más barato trasladar una tonelada de carbón en barcos de vela, toda esa distancia de cientos de Kms, que llevar esa tonelada en carros de caballos 4 Kms por tierra.
Esta enorme flota, se trataba de miles de barcos, fue a su vez el origen de la Marina Mercante y de la marina de Guerra inglesa.
Como comprueban, se trataba todo de sinergias positivas, y habrá más con el tiempo.
El mapa sirve además para familiarizarse con esta épica historia, que transcurre mayormente entre las ciudades de Londres a Newcastle, y Manchester, Leeds y Birmingham, un territorio en realidad pequeño como hemos demostrado.
De Newcastle a Londres, por tierra, hay l aproximadamente (420 kms)*
El Londres Medieval. En 1300 y aún antes Londres era una enorme ciudad, en camino a ser la mayor de Europa y del mundo, una ciudad caliginosa, (apodo de Londres: The Big Smoke) su aire fétido, irrespirable por los humos del sea-coal que se quemaban en chimeneas abiertas. Calentar las viviendas, cocinar -sin el carbón sea-coal los londinenses hubiera perecido de frío y hambre- la industria, incluso beber -la cerveza necesita de hervir y cocinar en su preparación, y miles de cargas de carbón se gastaban en hacer cerveza.
Un rey, Edward I, a instancias del parlamento (que eran aristócratas rurales y se ahogaban en el aire de Londres) lo prohibió, bajo severas multas y castigos pero fue simplemente imposible.
Siglos más tarde la Reina Elizabeth I estaba muy disgustada con la atmósfera de Londres, que ensuciaba sus ropas pero su palacio con carbón se calentaba y su reino con el carbón crecía.
Minero de carbón: El empleo más espantoso. Las minas inglesas eran propiedad de particulares y al principio muchas eran propiedad de la Iglesia (católica) que subarrendaba su explotación a empresarios bastante despóticos -y era peor aún en Escocia, donde los mineros eran efectivamente esclavos de los dueños de las minas.
Arrastrándose por pequeños túneles al principio excavados en las faldas de las montañas, pero pronto en zonas bajas a medida que profundizaban, los mineros, hombres, mujeres y niños, arrastraban pesadas cargas tirando como bestias y expuestos a los riesgos de derrumbes, inundaciones por aguas repentinas, enfermedades del minero y el terrible peligro mal entendido de los gases que el carbón desprende.
Mujer arrastrando batea con carbón -de ruedas, nada
Esto tuvo una consecuencia social inesperada y nueva: los mineros en sus oscuros túneles formaban comunidades cerradas, despreciadas y temidas por los demás, organizaron a modo de primitivos sindicatos y los miembros de las clases acomodadas al ver crecer estas masas de personas embrutecidas y sin respeto, en algún sentido un fenómeno social nuevo y monstruoso muy distintos de los humildes ganapanes del campo, los curas y gente de la burguesía los miraban con temor.
En efecto el Carbón, roca sedimentaria, se ha formado por la acumulación y descomposición en ausencia de aire, de helechos gigantes de la Era Primaria, el Carbonifero (hace entre 345 y 280 millones de años) . Estos troncos descompuestos emiten gases mortíferos, que se acumulan en las minas, y en la nomenclatura primitiva de aquellos tiempos en que la Química aún no existía, se llamaban:
- Choke damp, asfixiante, es el CO2, mortal al deprimir la respiración
- White damp, es el mortífero monóxido de carbono, CO, que no es blanco ni tiene olor, pero los mineros insistían en que huele a violetas…
Una prevención contra la asfixia consistió en llevar en jaulas ratones, y luego canarios que son animales aún más sensibles que el hombre -de ahí la expresión ‘el canario en la mina’ y si el canario se cae del palito, sal huyendo.
- Fire damp, este es el explosivo Metano, CH4, cuyas explosiones mataban cientos de mineros.
Cómo las inundaciones de las minas trajo la Revolución Industrial. Al cavar cada vez más hondo las minas se llenaban de agua y era necesario bombear continuamente. A veces con molinos de viento (poco confiables), a veces bombas movidas por saltos de agua (no siempre cercanos y de poca potencia), a veces cangilones tirados por caballerías o personas (caro), el desagotar estas minas, de las que la nación dependía completamente era un desafío de primer orden.
La solución a este problema fue la invención de la bomba de vapor, y esta máquina de vapor aplicada luego a la industria -y alimentada con carbón, naturalmente- trajo la Revolución Industrial que le daría la primacía a Inglaterra. Y ocurrió así:
El Carbón y la Royal Society. Fundada en 1660 la Royal Society fue y es una institución del saber, dedicada a la promoción y aplicación práctica de la Ciencia.
Bajo su augusto techo podía encontrarse al mismo tiempo a Newton, von Leibniz, Robert Hooke (la célula, el microscopio, leyes de la Fisica) a Christopher Wren (arquitecto) a Pepys (administrador naval, Ministro de Marina y famoso autor de un Diario Secreto), a Robert Boyle, Químico fundador de esta ciencia.
Nunca en la historia de la humanidad había existido una concentración así de sabios (ni siquiera en la Biblioteca de Alejandría) dedicada a la ampliación del conocimiento, instituciones similares existían en Francia..
Por supuesto que la Royal Society estudiaba todo lo relacionado con la materia, física y química del carbón y sus derivados, y su uso industrial. La Royal Society se planteó el problema de desagotar las minas usando bombas y entre 1690 y 1695, uno de sus miembros, Denis Papin, enseñó una solución mejor que había inventado:
Usar vapor de agua para mover las bombas
Por varias razones, las bombas de Papin eran de poca potencia, otro inventor pero menospreciado por los augustos sabios de la Royal Society, Newcomen modificó y mejoró mucho esta idea.
Nace así la máquina atmosférica de Newcomen.
No es posible ensalzar lo suficiente este momento crucial en la Historia de la Humanidad, aprox. 1710.
Hasta entonces habían existido dos formas de energía separadas y que no podían transformarse una en otra, no se sabía cómo hacerlo.
☼ La energía mecánica, el movimiento y el trabajo, de palancas, martillos, molinos, velas, remos, hachas, ruedas y todo tipo de ingenio mecánico.
☼ El Calor, usado para cocinar, quemar, fundir, calentar, ablandar metales, purificar metales de su ganga, hornear cerámicas, etc
Por primera vez en la historia de la humanidad en el siglo XVIII y en Inglaterra el calor puede transformarse en movimiento, en potencia y en trabajo y así el carbón moverá el mundo.
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Más sinergias positivas: al desarrollar estas primitivas máquinas de vapor, ineficientes, el ingenio, la capacidad mecánica y la ciencia de James Watt encuentran un terreno fértil, y desarrolla su muy revolucionaria Máquina de Vapor que moverá fábricas, barcos y eventualmente el ferrocarril.
Desde Birmingham a Londres, a Newcastle a Bristol este pequeño país entra en una convulsión de producción, maquinismo, Ciencia, invento y creatividad industrial, que a su vez potencia el comercio, y da poder a la Marina necesaria y lo catapulta al dominio del mundo.
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☼ La Sociedad Lunar, en Birmingham
Pero no solo la Royal Society. En Birmingham, lejos de Londres en aquellos tiempos que el viaje a lomo de caballo o en carruaje podia tomar una semana y más de penoso trayecto, un grupo de amigos, industriales, científicos se reunían para investigar todo tipo de cuestiones, pero especialmente en el área de la Química de Gases, máquinas de vapor, ciencias naturales y experimentales en general.
Estos se reunían a cenar en sus casas, discutían de las cuestiones científicas e industriales del momento, y como el regreso a casa tras la cena, las bebidas y el cansancio era difícil, se reunían en las noches de Luna Llena, para poder llegar con cierta seguridad por los caminos oscuros.
Se bautizaron a sí mismos como los lunáticos, The Lunar Men.
Ellos fueron, su composición fue cambiando con las épocas, quienes crearon o pusieron las bases científicas e industriales de nuestro presente, de todo el mundo.
☼ Erasmus Darwin -sí, el abuelo de Charles Darwin. Médico, Inventor, Poeta, a veces industrial
☼ Mathew Boulton, Capitán de empresa, fundó fábricas inmensas, y cuando su socio Watt perfeccionó la máquina de vapor lanzó la Revolución Industrial en Inglaterra
☼ James Watt, el escocés ingeniero que al perfeccionar la máquina de vapor, y tantas otras maquinarias, le abrió a Inglaterra el camino a conquistar el mundo
☼ Josiah Wedgwood, el hombre que industrializó la alfarería, muy interesado en la Química y sus aplicaciones, fue el abuelo de Charles Darwin y de su prima luego esposa Emma.
☼ Joseph Priestley, el descubridor del Oxígeno y fundador importante de la Química, perseguido por sus ideas revolucionarias. Educador, teórico político.
Junto con estos personajes principales también destacan, y con grandes méritos,
* James Keir, químico escocés, industrial y geólogo
* John Whitehurst, científico, relojero y geólogo
* William Small, médico y de religión presbiteriana había sido profesor de Jefferson, y fue recomendado por Franklyn
* William Withering, médico, botánico, químico, fue el que aplico la digitalina como medicina para el corazón
* Richard Lovell Edgeworth, político e inventor
* Thomas Day, admirador de Rousseau -algo un poco peligroso en Inglaterra, reino aristocrático de lo peor.
Era la época que la humanidad descubría las fuerzas de la materia,
entendía que nuestra atmósfera estaba formada por gases de extrañas propiedades
estudiaba una nueva fuerza: la electricidad
perseguía los odios y amores del imán: el magnetismo
seguía el sonido a través del aire, seguía la luz a través del éter
buscaba la verdad inmutable en medio de las horrendas maravillas del azar
ERAN TODOS MIEMBROS CASI MARGINALES DE LA SOCIEDAD INGLESA
Casi todos los nombrados, y otros destacados miembros de este movimiento de científicos, industriales, hombres de negocios, no pertenecían Y NO PODÍAN PERTENECER a los altos estamentos administrativos oficiales. Casi todos eran No-conformistas en materia de religión, es decir, no eran Anglicanos (la religión oficial y obligatoria) o de alguna manera Disentían (dissenters) con sus mandatos:
Estaban sujetos, y los católicos también, a ciertas discriminaciones, no podían ser funcionarios públicos, oficiales militares ni navales, ni profesores universitarios, incluso sólo podían ser estudiantes de Oxford o Cambridge con muchas reservas.
Pero este impedimento resultó una gran fortuna para ellos, pues al estar apartados de la rutina y tareas oficiales burocráticas pudieron desarrollar sus actividades y aplicar sus intelectos, su energía, sus dineros, al progreso propio, y al progreso de su nación, y al progreso de la humanidad.
Carbón y Hierro. Hasta hacía poco Inglaterra importaba su hierro ya preparado ¡de Suecia! Esto era así porque el refinamiento del hierro de su mineral exigía carbón vegetal, y su pequeño territorio no podía producirlo, pero los grandes bosques de Suecia se usaban para eso.
El hierro era entonces escaso, caro y malo.
Pero la combinación de Carbón, Hierro y Vapor fue imparable. Desarrollaron nuevas técnicas para usar el carbón -el coke, es carbón “purificado” al que se ha extraído los volátiles o sea los gases… ya veremos la utilidad de estos gases.
En 1830 el Reino Unido producía 4/5 del carbón mundial, y en 1848 más hierro que todo el resto del mundo junto, incluyendo los EEUU.
En 1851, cuando la Great Exhibition, Inglaterra era la Fábrica del Mundo y conservó esta primacía hasta bien avanzado el siglo XX.
Gran Exposición es el nombre con que se conoce a la exposición universal celebrada en 1851 en Londres. Concebida para mostrar el progreso de todo el mundo: maquinaria, productos manufacturados, esculturas, materias primas, todos los frutos de la creciente industria humana y de su ilimitada imaginación. Su apertura, el 1 de mayo, en Hyde Park, mostró todas estas maravillas en una maravilla más: el Crystal Palace
“demostró en su tiempo la supremacía de Inglaterra como el país más avanzado industrialmente. Los artículos ingleses ocupaban más de la mitad del Crystal Palace, y reflejaban el sutil conflicto entre lo viejo y lo nuevo que tanto preocupó a la Europa del siglo XIX. Varios países mandaron sus productos, dentro de los cuales todavía se podía ver muchos productos artesanales. Las colonias inglesas, enviaron una gran variedad de productos que cautivaron la imaginación del público inglés. ”
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☼ El Gas, para iluminación. Lo que decía yo de las sinergias que trabajaban juntamente para el progreso técnico en Inglaterra. Al extraer el gas y otros volátiles del carbón [Hidrógeno, Metano, Monóxido de Carbono y Etileno] para fabricar coque se descubrió que ese gas podía usarse para iluminar, y distribuirlo por las casas para iluminar, calentar, cocinas y agua para bañarse, y radiadores.
Pronto enormes maquinarias productoras de Gas de Carbón alimentan una red de tuberías que alcanzan a todas las casas de las ciudades, y a su vez se desarrollan nuevos métodos de medir y controlar esos volúmenes de gas, para cobrarlo: los contadores de gas, y nuevas aplicaciones de la física y de la ingeniería.
A 1820 París y Londres están bien iluminadas por gas, que se usaba para iluminar, incluso hasta los años 1960 en España, en Madrid y otras ciudades.
Las ciudades dejan de ser antros tenebrosos, la luz de gas ilumina las calles, plazas, edificios y fábricas, la noche se ilumina y retrae: esto tiene consecuencias sociales muy importantes.
Carbón, Coke, Hierro
Ya por los años 1600s se concebía e hizo de calentar el carbón al modo que se hacía con la madera para hacer carbón vegetal y en 1709 Abraham Darby I construyó el primer Alto Horno para purificar hierro usando coke,.
Proceso de fundicion en la Fabrica de Artillería de La Cavada
El esquema básico de un alto horno es el mismo que el utilizado en la antigüedad para la fundición de los cañones de hierro. Se añade alternativamente capas de carbón y mineral de hierro (A). En la parte inferior del horno existían unas toberas por donde se forzaba la entrada de aire mediante unos grandes fuelles (B). En el crisol del horno se encontraba un orificio por el que fluía el arrabio y se dirigía al molde del cañón (C). Encima de esta abertura, pero debajo de las toberas, había otra boca por donde salía la escoria(D).
* “El alto horno es la construcción para efectuar la fusión y la reducción de minerales de hierro, con vistas a elaborar la fundición.
Un alto horno típico está formado por una cápsula cilíndrica de acero de unos 30 m de alto forrada con un material no metálico y resistente al calor, como asbesto o ladrillos refractarios.
Un alto horno típico está formado por una cápsula cilíndrica de acero de unos 30 m de alto forrada con un material no metálico y resistente al calor, como asbesto o ladrillos refractarios.
* fabricación de Coke,
Hacia 1870 había una batería de 14.000 hornos para hacer coke (beehives Beehive oven ) que producían 4,2 millones de toneladas de coke. A principio de los 1850 la industria del hierro en Inglaterra necesitaba un millón de toneladas de coke al año, para 1880 la cantidad había subido a siete millones de toneladas, de los que 5 millones se producían en Durham, un millón en los campos de carbón del sur de Gales, y otro millón en Yorkshire y Derbyshire.
☼ El país entero ardía de carbón, de humos, de hierro fundido.
Revolución Industrial
Por Revolución Industrial se entiende el proceso de transformación económico, social y tecnológico que se inició en la segunda mitad del siglo XVII en Gran Bretaña y que se extendió unas décadas después hasta una buena parte de Europa occidental y Estados Unidos, finalizando hacia 1820 o 1840.
El término, no es generalmente sabido y se toma como una cosa por supuesto, es relativamente nuevo y fue acuñado por el historiador Arnold J Toynbee en 1880 y lo vio como algo tenebroso, que creó enorme riqueza para unos pocos y gran degradación para la mayoría.
Durante este periodo se vivió el mayor conjunto de transformaciones económicas, tecnológicas y sociales de la historia de la humanidad desde el neolítico, que vio el paso desde una economía rural basada fundamentalmente en la agricultura y el comercio a una economía de carácter urbano, industrializada y mecanizada
Se pasa de procesos manuales a maquinismo, nuevos métodos químicos y sus productos, mejoras en la hidráulica y el uso del vapor, y el desarrollo de Máquinas Herramientas, de las que el Torno, es su mejor pero no único ejemplo.
Máquina Herramienta, es un tipo de máquina que se utiliza para dar forma a piezas sólidas, principalmente metales. El moldeado de la pieza se realiza por la eliminación de una parte del material, que se puede realizar por arranque de viruta, por estampado, corte o electroerosión.
Además de lo relacionado con el trabajo del hierro y otros metales y el carbón, el principal proceso de la Revolución Industrial Inglesa (y europea) tuvo lugar en el área de la producción de telas, los textiles fueron la industria dominante, en términos de capital invertido, valor producido del producto, comercio de importación y exportación, y empleo creado.
Aunque algunos economistas dicen que esto tuvo notables mejoras en el standard de vida de la población de ninguna manera es aceptado por todos y veremos que es un tema muy controvertido.
☼ Robert E. Lucas, Jr., argue that the real impact of the Industrial Revolution was that “for the first time in history, the living standards of the masses of ordinary people have begun to undergo sustained growth … Nothing remotely like this economic behavior is mentioned by the classical economists, even as a theoretical possibility.”
“por primera vez en la historia el standard de vida de las masas de la gente común tiene un crecimiento sostenido… Nada parecido a este comportamiento económico lo mencionan lo economistas clásicos anteriores, incluso como una posibilidad teórica”
Esto no fue tan brillante para el pueblo como dice este señor, porque la mayor parte de esa riqueza iba a parar a las manos de los amos, e incluso el standard de vida de la gente común descendió.
Others, however, argue that while growth of the economy’s overall productive powers was unprecedented during the Industrial Revolution, living standards for the majority of the population did not grow meaningfully until the late 19th and 20th centuries, and that in many ways workers’ living standards declined under early capitalism: for instance, studies have shown that real wages in Britain only increased 15% between the 1780s and 1850s, and that life expectancy in Britain did not begin to dramatically increase until the 1870s
La vida en las tejedurías de Manchester y en los barrios de Londres era realmente dura y tétrica, y los documentos y relatos de observadores agudos, como Engels, muestran condiciones de vida casi infernales.
Es lo que podríamos llamar la oposición entre las oscuras tejedurías satánicas y Lark Rise to Candleford.
Lark Rise describe la idílica vida rural pero en la primera mitad del siglo XX, cuando va cambiando hacia la sociedad homogénea que es hoy, y en Buckinghamshire que no fue nunca una región industrial.
Las mejoras de esa condición de vida para los trabajadores eran triviales y EP Thompson [The Making of the English Working Class, 1963 , a bible of labour history ] las resume con agudeza:
La cuantificación no es una guia para la condición humana, por el uso engañoso de las estadísticas::
“it is quite possible for statistical averages and human experiences to run in opposite directions”. Any concrete improvements were paltry, consisting of “more potatoes, a few articles of cotton clothing for his family, soap and candles, some tea and sugar, and a great many articles in the Economic History Review”.
” es perfectamente posible que los promedios estadísticos y las experiencias humanas vayan en direcciones opuestas. Cualquier mejora concreta era ínfima, consistía en, más patatas, unos pocos artículos de ropa de algodón para la familia, jabón y velas, algo de té y azúcar, y muchos, muchos artículos en Economic History Review !”
☼ Un libro que recoge la opinión escrita y registrada de los trabajadores rurales durante la Revolución Industrial, es el de Emma Griffin Liberty’s Dawn: A People’s History of the Industrial Revolution.
El libro de Griffin está basado en 350 autobiografías y diarios publicados o en los archivos escritos se tienen, de trabajadores rurales que pasaban a las fábricas de la era Victoriana.
☼ Esto en sí es absolutamente notable, una muestra del genio inglés, y sería imposible hacer un trabajo histórico de investigación así en España, país de conspicuos analfabetos, donde los trabajadores no escriben su biografía, ni escriben diarios, ni en el siglo 18, ni en el 19, ni ahora.
No los escriben en España los trabajadores, ni siquiera los escriben los pudientes, ni los hombres de estado, ni las mujeres de la clase alta o de la burguesía, ni siquiera o apenas los intelectuales: el primer diario español mantenido con referencias diarias es el de Leandro Fernández de Moratín, el famoso escritor e hijo de otro escritor y sólo obrero en el sentido de que su padre lo mandó a trabajar a la platería de su tío, para que no se embruteciera en la Universidad Española.
Griffin comprueba con estupor que lo que esperaba de crítica o desesperación ante la vida industrial no se refleja en los relatos de su estudio. El rural no pasaba una vida más saludable, simple, y menos angustiada en el campo que en las fábricas satánicas, al contrario.
Estos relatos recogidos por Griffin cuentan lo duro de la vida infantil en las minas y fábricas, donde la edad de empezar a trabajar eran los cuatro años pero ven su vida adulta en la fábrica o el alto horno en términos mucho más positivos.
Starvation wages, a shortage of winter employment and merciless exploitation characterised the fields of Merrie England. Industrial workers rarely romanticised the rural world they had lost. Of 50 male autobiographers who left the land, only three returned.
En los campos rurales: salarios de hambre, no había trabajo en invierno, y una explotación despiada caracterizaba a la Linda Inglaterra -Merrie England. De 50 que registraron sus vidas y habían dejado la tierra rural, sólo 3 regresaron y los otros de ninguna manera hubieran vuelto.
En el libro de Griffin no se recogen muchas autobiografías de mujeres obreras, porque apenas las hay, sólo encontró una docena –en España no habría encontrado ni una …
Pero el beneficio de la Industrialización para las mujeres de los estudios de Griffin y otros se deduce que fueron MUCHO MENORES que para los hombres.
Con todo, aunque el cruel gobierno inglés no hacía nada para mejorar la condición de sus trabajadores, la capacidad de la industria de poner más comida en la mesa es destacable.
El Testimonio de Engels
Engels era un auténtico hombre renacentista en el siglo XIX, hablaba muchos idiomas y era un científico social y economista, además de activista político.
Su familia (eran cristianos alemanes) poseía tejedurías en Manchester y sus observaciones sobre la vida de la clase trabajadora y de Manchester son abrumadoras.
Los fragmentos que voy a publicar describen las glorias y miserias de la Inglaterra Industrial de 1845, aproximadamente.
In 1845 he published The Condition of the Working Class in England, based on personal observations and research. Originally written in German as Die Lage der arbeitenden Klasse in England
Engels argues that the Industrial Revolution made workers worse off. He shows, for example, that in large industrial cities mortality from disease, as well as death-rates for workers were higher than in the countryside. In cities like Manchester and Liverpool mortality from smallpox, measles, scarlet fever and whooping cough was four times as high as in the surrounding countryside, and mortality from convulsions was ten times as high as in the countryside. The overall death-rate in Manchester and Liverpool was significantly higher than the national average (1 in 32.72, 1 in 31.90 and even 1 in 29.90, compared with 1 in 45 or 46). An interesting example shows the increase in the overall death-rates in the industrial town of Carlisle where before the introduction of mills (1779–1787), 4,408 out of 10,000 children died before reaching the age of five, and after their introduction the figure rose to 4,738. Before the introduction of mills, 1,006 out of 10,000 adults died before reaching 39 years old, and after their introduction the death rate rose to 1,261 out of 10,000.
Engels’ interpretation proved to be extremely influential with British historians of the industrial revolution. He focussed on both the workers’ wages and their living conditions. He argued that the industrial workers had lower incomes than their pre-industrial peers and they lived in more unhealthy and unpleasant environments. This proved to be a very wide-ranging critique of industrialisation and one that was echoed by many of the Marxist historians who studied the industrial revolution in the twentieth century
(No busquen en Wikipedia en español el artículo Sobre la Condición de la Clase Trabajadora en Inglaterra !! los amos de España, los Jesuitas y los del Opus lo tienen prohibido, y ni siquiera en la página sobre Engels aparece citada esta obra, que fue el primer libro que escribió, además )
(Unas cuantas citas del libro de Engels, no lo traduzco porque no tengo ganas, existiendo Google Translate, y buscar una edición en castellano y digital me es un poco penoso )
Meanwhile, let us trace the development of English manufacture somewhat more minutely, beginning with the cotton industry. In the years 1771-1775, there were annually imported into England rather less than 5,000,000 pounds of raw cotton; in the year 1841 there were imported 528,000,000 pounds, and the import for 1844 will reach at least 600,000,000 pounds. In 1834 England exported 556,000,000 yards of woven cotton goods, 76,500,000 pounds of cotton yarn, and cotton hosiery of the value of £1,200,000. In the same year over 8,000,000 mule spindles were at work, 110,000 power and 250,000 hand-looms, throstle spindles not included, in the service of the cotton industry; and, according to MacCulloch’s reckoning, nearly a million and a half human beings were supported by this branch, of whom but 220,000 worked in the mills; the power used in these mills was steam, equivalent to 33,000 horse-power, and water, equivalent to 11,000 horse-power. At present these figures are far from adequate, and it may be safely assumed that, in the year 1845, the power and number of the machines and the number of the workers is greater by one-half than it was in 1834. The chief centre of this industry is Lancashire, where it originated; it has thoroughly revolutionised this county, converting it from an obscure, ill-cultivated swamp into a busy, lively region, multiplying its population tenfold in eighty years, and causing giant cities such as Liverpool and Manchester, containing together 700,000 inhabitants, and their neighbouring towns,
☼ Es destacable que esto ocurría DESPUÉS de la independencia de los EEUU, y que el algodón que se importaba era americano con notable beneficio para ambos países. Inglaterra exportaba enormemente hacia los EEUU, ahora libres, mucho más que cuando eran su colonia.
The history of South Lancashire contains some of the greatest marvels of modern times, yet no one ever mentions them, and all these miracles are the product of the cotton industry. Glasgow, too, the centre for the cotton district of Scotland, for Lanarkshire and Renfrewshire, has increased in population from 30,000 to 300,000 since the introduction of the industry. The hosiery manufacture of Nottingham and Derby also received one fresh impulse from the lower price of yarn, and a second one from an improvement of the stocking loom, by means of which two stockings could be woven at once. The manufacture of lace, too, became an important branch of industry after the invention of the lace machine in 1777; soon after that date Lindley invented the point-net machine, and in 1809 Heathcote invented the bobbin-net machine, in consequence of which the production of lace was greatly simplified, and the demand increased proportionately in consequence of the diminished cost, so that now, at least 200,000 persons are supported by this industry.
The same activity manifested itself in the manufacture of wool. This had hitherto been the leading department of English industry, but the quantities formerly produced are as nothing in comparison with that which is now manufactured. /…/ Then began the same sudden development in the wool district, which we have already seen in the cotton districts. In 1738 there were 75,000 pieces of woollen cloth produced in the West Riding of Yorkshire; in 1817 there were 490,000 pieces, and so rapid was the extension of the industry that in 1834, 450,000 more pieces were produced than in 1825. In 1801, 101,000,000 pounds of wool (7,000,000 pounds of it imported) were worked up; in 1835, 180,000,000 pounds were worked up; of which 42,000,000 pounds were imported. The principal centre of this industry is the West Riding of Yorkshire, where, especially at Bradford, long English wool is converted into worsted yarns, etc.; while in the other cities, Leeds, Halifax, Huddersfield, etc., short wool is converted into hard-spun yarn and cloth.
☼ ¿Es necesario decir acá, que todo esto y más que cuenta Engels, YA NO EXISTE EN INGLATERRA? ¿Que ya no hay tejedurías en Manchester, ni se teje ropa de lana en Bradford, ni en Leeds, etc?
Sí, es necesario, porque los profesores y estudiantes españoles y latinoamericanos, engañados o mal enseñados por sus ignorantísimos profesores no saben que todo ha cambiado, totalmente. Se creen que Inglaterra, hoy igual que ayer, vive de importar materias primas, fabricar, y luego vender productos elaborados. NOOooo !
Ahora Engels se refiere a la industria del hierro, el carbón y el acero
now nearly all bridges, especially for railroad traffic, are built of cast-iron, while in London itself a bridge across the Thames, the Southwark bridge, has been built of this material. Iron pillars, supports for machinery, etc., are universally used, and since the introduction of gas-lighting and railroads, new outlets for English iron products are opened. Nails and screws gradually came to be made by machinery. Huntsman, a Sheffielder, discovered in 1790 a method for casting steel, by which much labour was saved, and the production of wholly new cheap goods rendered practicable; and through the greater purity of the material placed at its disposal, and the more perfect tools, new machinery and minute division of labour, the metal trade of England now first attained importance. The population of Birmingham grew from 73,000 in 1801 to 200,000 in 1844; that of Sheffield from 46,000 in 1801 to 110,000 in 1844, and the consumption of coal in the latter city alone reached in 1836, 515,000 tons. In 1805 there were exported 4,300 tons of iron products and 4,600 tons of pig-iron; in 1834, 16,200 tons of iron products and 107,000 tons of pig-iron, while the whole iron product reaching in 1740 but 17,000 tons, had risen in 1834 to nearly 700,000 tons. The smelting of pig-iron alone consumes yearly more than 3,000,000 tons of coal, and the importance which coal mining has attained in the course of the last 60 years can scarcely be conceived.
England, which, sixty years ago, had as bad roads as Germany or France then had, is now covered by a network of the finest roadways; and these, too, like almost everything else in England, are the work of private enterprise, the State having done very little in this direction.
As it had transformed the means of communication by land, so did the introduction of steam revolutionise travel by sea. The first steamboat was launched in 1807, in the Hudson, in North America; the first in the British empire, in 1811, on the Clyde. Since then, more than 600 have been built in England; and in 1836 more than 500 were plying to and from British ports.
Such, in brief, is the history of English industrial development in the past sixty years, a history which has no counterpart in the annals of humanity. Sixty, eighty years ago, England was a country like every other, with small towns, few and simple industries, and a thin but proportionally large agricultural population. To-day it is a country like no other, with a capital of two and a half million inhabitants; with vast manufacturing cities; with an industry that supplies the world, and produces almost everything by means of the most complex machinery; with an industrious, intelligent, dense population, of which two-thirds are employed in trade and commerce, and composed of classes wholly different; forming, in fact, with other customs and other needs, a different nation from the England of those days.
But the mightiest result of this industrial transformation is the English proletariat.
the lower middle-class was thus early crushed out, and the population reduced to the two opposing elements, workers and capitalists, this happened outside of the domain of manufacture proper, in the province of handicraft and retail trade as well. In the place of the former masters and apprentices, came great capitalists and working-men who had no prospect of rising above their class. Hand-work was carried on after the fashion of factory work, the division of labour was strictly applied, and small employers who could not compete with great establishments were forced down into the proletariat.
At the same time the destruction of the former organisation of hand-work, and the disappearance of the lower middle-class deprived the working-man of all possibility of rising into the middle-class himself. Hitherto he had always had the prospect of establishing himself somewhere as master artificer, perhaps employing journeymen and apprentices; but now, when master artificers were crowded out by manufacturers, when large capital had become necessary for carrying on work independently, the working-class became, for the first time, an integral, permanent class of the population, whereas it had formerly often been merely a transition leading to the bourgeoisie. Now, he who was born to toil had no other prospect than that of remaining a toiler all his life. Now, for the first time, therefore, the proletariat was in a position to undertake an independent movement.
Londres, visto por Engels maravillado
A town, such as London, where a man may wander for hours together without reaching the beginning of the end, without meeting the slightest hint which could lead to the inference that there is open country within reach, is a strange thing. This colossal centralisation, this heaping together of two and a half millions of human beings at one point, has multiplied the power of this two and a half millions a hundredfold; has raised London to the commercial capital of the world, created the giant docks and assembled the thousand vessels that continually cover the Thames. I know nothing more imposing than the view which the Thames offers during the ascent from the sea to London Bridge. The masses of buildings, the wharves on both sides, especially from Woolwich upwards, the countless ships along both shores, crowding ever closer and closer together, until, at last, only a narrow passage remains in the middle of the river, a passage through which hundreds of steamers shoot by one another; all this is so vast, so impressive, that a man cannot collect himself, but is lost in the marvel of England’s greatness before he sets foot upon English soil.
But the sacrifices which all this has cost become apparent later. After roaming the streets of the capital a day or two, making headway with difficulty through the human turmoil and the endless lines of vehicles, after visiting the slums of the metropolis, one realises for the first time that these Londoners have been forced to sacrifice the best qualities of their human nature, to bring to pass all the marvels of civilisation which crowd their city;
Hence it comes, too, that the social war, the war of each against all, is here openly declared. Just as in Stirner’s recent book, people regard each other only as useful objects; each exploits the other, and the end of it all is, that the stronger treads the weaker under foot, and that the powerful few, the capitalists, seize everything for themselves, while to the weak many, the poor, scarcely a bare existence remains.
Let us investigate some of the slums in their order. London comes first, and in London the famous rookery of St. Giles /…/ It is a disorderly collection of tall, three or four-storied houses, with narrow, crooked, filthy streets, in which there is quite as much life as in the great thoroughfares of the town, except that, here, people of the working-class only are to be seen. A vegetable market is held in the street, baskets with vegetables and fruits, naturally all bad and hardly fit to use, obstruct the sidewalk still further, and from these, as well as from the fish-dealers’ stalls, arises a horrible smell. The houses are occupied from cellar to garret, filthy within and without, and their appearance is such that no human being could possibly wish to live in them. But all this is nothing in comparison with the dwellings in the narrow courts and alleys between the streets, entered by covered passages between the houses, in which the filth and tottering ruin surpass all description. Scarcely a whole window-pane can be found, the walls are crumbling, door-posts and window-frames loose and broken, doors of old boards nailed together, or altogether wanting in this thieves’ quarter, where no doors are needed, there being nothing to steal. Heaps of garbage and ashes lie in all directions, and the foul liquids emptied before the doors gather in stinking pools. Here live the poorest of the poor, the worst paid workers with thieves and the victims of prostitution indiscriminately huddled together, the majority Irish,
Nor is St. Giles the only London slum. In the immense tangle of streets, there are hundreds and thousands of alleys and courts lined with houses too bad for anyone to live in,
Sí, se da el contraste macabro entre la Exposición Universal y esta infamia a pocos metros
On the occasion of an inquest held Nov. 14th, 1843, by Mr. Carter, coroner for Surrey, upon the body of Ann Galway, aged 45 years, the newspapers related the following particulars concerning the deceased: She had lived at No. 3 White Lion Court, Bermondsey Street, London, with her husband and a nineteen-year-old son in a little room, in which neither a bedstead nor any other furniture was to be seen. She lay dead beside her son upon a heap of feathers which were scattered over her almost naked body, there being neither sheet nor coverlet. The feathers stuck so fast over the whole body that the physician could not examine the corpse until it was cleansed, and then found it starved and scarred from the bites of vermin. Part of the floor of the room was torn up, and the hole used by the family as a privy.
But in spite of all this, they who have some kind of a shelter are fortunate, fortunate in comparison with the utterly homeless. In London fifty thousand human beings get up every morning, not knowing where they are to lay their heads at night. The luckiest of this multitude, those who succeed in keeping a penny or two until evening, enter a lodging-house, such as abound in every great city, where they find a bed. But what a bed! These houses are filled with beds from cellar to garret, four, five, six beds in a room; as many as can be crowded in. Into every bed four, five, or six human beings are piled, as many as can be packed in, sick and well, young and old, drunk and sober, men and women, just as they come, indiscriminately. Then come strife, blows, wounds, or, if these bedfellows agree, so much the worse; thefts are arranged and things done which our language, grown more humane than our deeds, refuses to record. And those who cannot pay for such a refuge? They sleep where they find a place, in passages, arcades, in corners where the police and the owners leave them undisturbed.
☼ Luego de describir terribles condiciones en Edinburgo, Dublin, Glasgow, Liverpool, Engels se detiene en Manchester, que conoce muy bien
On this declivitous hillside there are planted three rows of houses, of which the lowest rise directly out of the river, while the front walls of the highest stand on the crest of the hill in Long Millgate. Among them are mills on the river, in short, the method of construction is as crowded and disorderly here as in the lower part of Long Millgate. Right and left a multitude of covered passages lead from the main street into numerous courts, and he who turns in thither gets into a filth and disgusting grime, the equal of which is not to be found—especially in the courts which lead down to the Irk, and which contain unqualifiedly the most horrible dwellings which I have yet beheld. In one of these courts there stands directly at the entrance, at the end of the covered passage, a privy without a door, so dirty that the inhabitants can pass into and out of the court only by passing through foul pools of stagnant urine and excrement. This is the first court on the Irk above Ducie Bridge—in case any one should care to look into it. Below it on the river there are several tanneries which fill the whole neighbourhood with the stench of animal putrefaction. Below Ducie Bridge the only entrance to most of the houses is by means of narrow, dirty stairs and over heaps of refuse and filth. The first court below Ducie Bridge, known as Allen’s Court, was in such a state at the time of the cholera that the sanitary police ordered it evacuated, swept, and disinfected with chloride of lime. Dr. Kay gives a terrible description of the state of this court at that time. Since then, it seems to have been partially torn away and rebuilt; at least looking down from Ducie Bridge, the passer-by sees several ruined walls and heaps of débris with some newer houses.
The view from this bridge, mercifully concealed from mortals of small stature by a parapet as high as a man, is characteristic for the whole district. At the bottom flows, or rather stagnates, the Irk, a narrow, coal-black, foul-smelling stream, full of débris and refuse, which it deposits on the shallower right bank. In dry weather, a long string of the most disgusting, blackish-green, slime pools are left standing on this bank, from the depths of which bubbles of miasmatic gas constantly arise and give forth a stench unendurable even on the bridge forty or fifty feet above the surface of the stream. But besides this, the stream itself is checked every few paces by high weirs, behind which slime and refuse accumulate and rot in thick masses. Above the bridge are tanneries, bonemills, and gasworks, from which all drains and refuse find their way into the Irk, which receives further the contents of all the neighbouring sewers and privies. It may be easily imagined, therefore, what sort of residue the stream deposits. Below the bridge you look upon the piles of débris, the refuse, filth, and offal from the courts on the steep left bank; here each house is packed close behind its neighbour and a piece of each is visible, all black, smoky, crumbling, ancient, with broken panes and window frames. The background is furnished by old barrack-like factory buildings. On the lower right bank stands a long row of houses and mills; the second house being a ruin without a roof, piled with débris; the third stands so low that the lowest floor is uninhabitable, and therefore without windows or doors. Here the background embraces the pauper burial-ground, the station of the Liverpool and Leeds railway, and, in the rear of this, the Workhouse, the “Poor-Law Bastille” of Manchester, which, like a citadel, looks threateningly down from behind its high walls and parapets on the hilltop, upon the working-people’s quarter below.
Above Ducie Bridge, the left bank grows more flat and the right bank steeper, but the condition of the dwellings on both banks grows worse rather than better. He who turns to the left here from the main street, Long Millgate, is lost; he wanders from one court to another, turns countless corners, passes nothing but narrow, filthy nooks and alleys, until after a few minutes he has lost all clue, and knows not whither to turn. Everywhere half or wholly ruined buildings, some of them actually uninhabited, which means a great deal here; rarely a wooden or stone floor to be seen in the houses, almost uniformly broken, ill-fitting windows and doors, and a state of filth! Everywhere heaps of débris, refuse, and offal; standing pools for gutters, and a stench which alone would make it impossible for a human being in any degree civilised to live in such a district. The newly-built extension of the Leeds railway, which crosses the Irk here, has swept away some of these courts and lanes, laying others completely open to view. Immediately under the railway bridge there stands a court, the filth and horrors of which surpass all the others by far, just because it was hitherto so shut off, so secluded that the way to it could not be found without a good deal of trouble. I should never have discovered it myself, without the breaks made by the railway, though I thought I knew this whole region thoroughly. Passing along a rough bank, among stakes and washing-lines, one penetrates into this chaos of small one-storied, one-roomed huts, in most of which there is no artificial floor; kitchen, living and sleeping-room all in one. In such a hole, scarcely five feet long by six broad, I found two beds—and such bedsteads and beds!—which, with a staircase and chimney-place, exactly filled the room. In several others I found absolutely nothing, while the door stood open, and the inhabitants leaned against it. Everywhere before the doors refuse and offal; that any sort of pavement lay underneath could not be seen but only felt, here and there, with the feet. This whole collection of cattle-sheds for human beings was surrounded on two sides by houses and a factory, and on the third by the river, and besides the narrow stair up the bank, a narrow doorway alone led out into another almost equally ill-built, ill-kept labyrinth of dwellings.
☼ Creo que esto da una idea de la condición de vida de las clases proletarias durante la Revolución Industrial, tanto el libro de Engels como el de Griffin cuentan cosas extraordinarias y dignas de conocimiento.
☼ Es necesario decir, tras contar estas tragedias, que el trabajador inglés, ni mujer ni hombre, ninguno tenía derecho al voto en el siglo XIX. Ninguno. Y en España tampoco por supuesto. Incluso en 1914, cuando estalla la Primera Guerra Mundial, los trabajadores ingleses no tenían derecho a votar, y aunque las condiciones de vida habían mejorado algo, eran terribles. Algún economista español como Niño Becerra se asombra y maravilla de que los ricos convencieran a las masas de ir a matarse a esa guerra, a millones. De la forma que vivían y que pudieron leer en las citas de Engels, la guerra era hasta una liberación.
☼ Pues a pesar de todas estas tragedias humanas Londres se convirtió y fue hasta hace poco, la ciudad más grande del mundo
the Greater London Authority puts the population of London metropolitan region at 21 million. London had the largest population of any city in the world from around 1831 to 1925
El libro de Engels puede bajarse, gratis total, de
The Condition of the Working-Class in England in 1844 by Friedrich Engels
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Black Country, el corazón de Carbón y Hierro de la Inglaterra
El Black Country (literalmente ‘país negro’ en inglés) es una zona difusamente definida de la conurbación de los Midlands Occidentales formada en el condado de los Midlands Occidentales, en Inglaterra, al noroeste de Birmingham y al sureste de Wolverhampton. A finales del siglo XIX, esta zona se convirtió en una de las más intensamente industrializadas del Reino Unido. Las minas de carbón del sur de Staffordshire, el proceso de obtención de coque del carbón, y las fundiciones de hierro y acerías que empleaban el carbón local para alimentar sus hornos, producían un nivel de polución atmosférica igualado en pocos lugares del mundo.
☼ Les entrego un impresionante testimonio sobre el Black Country -ya saben que yo prefiero incluir en mis artículos testimonios de primera mano, y no elucubraciones de historiadores, a ser posible.
The Industrial Revolution : The Black Country, England, 1830
James Nasmyth
Coalbrookdale at night, Pintura al óleo de Philip James de Loutherbourg. Coalbrookdale se considera una de las cunas de la Revolución Industrial.
On leaving Coalbrookdale I trudged my way towards Wolverhampton. I rested at Shifnal for the night. Next day I was in the middle of the Black Country. I had no letters of introduction to employers in Wolverhampton ; so that without stopping there, I proceeded at once to Dudley.
The Black Country is anything but picturesque. The earth seems to have been turned inside out. Its entrails are strewn about; nearly the entire surface of the ground is covered with cinder-heaps and mounds of scoriae. The coal, which has been drawn from below ground, is blazing on the surface. The district is crowded with iron furnaces, puddling furnaces and coal pit engine furnaces. By day and by night the country is glowing with fire, and the smoke of the ironworks hovers over it. There is a rumbling and clanking of iron forges and rolling mills. Workmen covered with smut, and with fierce white eyes, are seen moving about amongst the glowing iron and dull thud of forge-hammers.
Amidst these flaming, smoky, clanging works, I beheld the remains of what had once been happy farmhouses, now ruined and deserted. The ground underneath them had sunk by the working out of the coal, and they were falling to pieces. They had in former times been surrounded by clumps of trees but only the skeletons of them remained, dilapidated, black, and lifeless.
The grass had been parched and killed by the vapours of sulphureous acid thrown out by the chimneys; and every herbaceous object was of a ghastly gray -the emblem of vegetable death in its saddest aspect. Vulcan had driven out Ceres.
In some places I heard a sort of chirruping sound, as of some forlorn bird haunting the ruins of the old farmsteads. But no! the chirrup was a vile delusion. It proceeded from the shril creaking of the coal-winding chains, which were placed in small tunnels beneath the hedgeless road.
Coalbrookdale at night
I went into some of the forges to see the workmen at their labours. There was no need of introduction; the works were open to all, for they were unsurrounded by walls. I saw the white-hot iron run out from the furnace; I saw it spun, as it were into bars and iron ribbands, with an easy and rapidity which seemed marvellous. There were also the ponderous hammers and clanking rolling-mills. I wandered from one to another without restraint. I lingered among the blast furnaces, seeing the flood of molten iron run out from time to time, and remained there until it was late.
When it became dark the scene was still more impressive. The workmen within seemed to be running about amidst the flames as in a pandemonium; while around and outside the horizon was a glowing belt of fire, making even the stars look pale and feeble. At last I came away with reluctance, and made my way towards Dudley. I reached the town at a late hour. I was exhausted in mind and body, yet the day had been most interesting and exciting. A sound sleep refreshed me, and I was up in the morning early, to recommence my journey of inquiry.
I made my way to the impressive ruins of Dudley Castle, the remnant of a very ancient stronghold, originally built by Dud, the Saxon. The castle is situated on a finely wooded hill; it is so extensive that it more resembles the ruins of a town than of a single building. You enter through a treble gateway, and see the remnants of the moat, the court, and the keep. Here are the central hall, the guard-rooms and the chapel. It must have been a magnificent structure. In the Midlands it was known as the ‘Castle of the Woods’. Now it is abandoned by its owners, and surrounded by the Black Country. It is undermined by collieries, and even penetrated by a canal. The castle walls sometimes tremble when a blast occurs in the bowels of the mountain beneath. The town of Dudley lies quite close to the castle, and was doubtless protected by it in ancient times.
The architectural remains are of various degrees of antiquity, and are well worthy of study, as embodying the successive periods which they represent. Their melancholy grandeur is rendered all the more impressive by the coal and iron works with which they are surrounded – the olden type of buildings confronting the modern. The venerable trees struggle for existence under the destroying influence of sulphureous acid; while the grass is withered and the vegetation everywhere blighted.
I sat down on an elevated part of the ruins, and looking down upon the extensive district, with its roaring and blazing furnaces, the smoke of which blackened the country as far as eye could reach; and as I watched the decaying trees I thought of the price we had to pay for our vaunted supremacy in the manufacture of iron. We may fill our purses, but we pay a heavy price for it in the loss of picturesqueness and beauty.
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Tomado, y copiado a mano, de The Mammoth Book of HOW IT HAPPENED -Eye-witness accounts of great historical moments from 2700 BC to AD 2000
Edited by Jon E. Lewis
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Raquitismo, Tisis -el Precio Terrible de la Revolución Industrial
Trabajando día y noche en las minas y en las tejedurías diabólicas de Manchester y en otras fábricas, sin luz del sol y en todo caso las ciudades eran oscuras, tapadas por humos de las chimeneas.
Los niños y sus madres no eran expuestos a la luz solar, no obtenían Vitamina D ni del sol ni de sus pobres alimentos.
Los dueños de las fábricas decían que la luz eléctrica les fuera suficiente, pero los organismos humanos habían sido llevados más allá del límite.
El raquitismo, [ rickets ] o sea huesos ablandados y deformados por falta de Calcio que necesita vitamina D para fijarse en elllos y otras enfermedades debido a su carencia (la falta de vitamina D puede incluso matar) hacía estragos entre los niños y adultos .
Siempre había sido una enfermedad frecuente en Inglaterra, pero en el siglo XIX tenía proporciones de epidemia.
(Y ahora ha vuelto con fuerza, debido a los inmigrantes musulmanes que se tapan de ropas como si estuvieran en el desierto, no les entra sol, las madres no generan vitamina D, los niños ya nacen enfermos y luego empeoran.)
La Tisis, o sea la Tuberculosis, una infección causada por una bacteria pero que se agrava con la mala comida y con el frío, y puede ser transmitida por la leche, y por el contacto con otros tísicos también hacía estragos entre las clases trabajadoras.
La población crecía algo tremendo, como cuenta Engels en los fragmentos citados, pero era en gran parte por la llegada de millones de inmigrantes irlandeses, pobres y despreciados, y por un fenómeno también totalmente nuevo y que ha tenido consecuencias genéticas en la población.
Las clases bajas actuales británicas no descienden de otros miembros de las clases bajas antepasados, o en gran parte no.
Descienden en gran proporción de antepasados que eran de las clases medias e incluso altas y que cayeron precipitados en la escala social, perdedores en la feroz lucha darwiniana por la existencia en la Revolución Industrial.
Los pobres morían, y la descripción de Engels pocas dudas deja, sin alcanzar la edad reproductora, de niños o muy jóvenes, pero como los pobres trabajadores eran necesarios para hacer funcionar las máquinas terribles, desde las clases medias o sus estamentos inferiores se precipitaban a las filas del proletariado, generación tras generación, devorados por las máquinas infernales.
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Fragmentos del Primer Capítulo de Oliver Twist, de Dickens, que lo tengo que poner en Inglés porque la versión que tengo traducida al castellano es completamente falsaria y censurada está.
Como ejemplo de la vida, o supervivencia de los niños pobres en la Inglaterra victoriana no tiene rival, y digo supervivencia porque si leen el libro comprobarán lo que digo: que morían como moscas !
Atención al notable estilo irónico de Dickens, que el que lo lea en Inglés lo saborea.
CHAPTER I TREATS OF THE PLACE WHERE OLIVER TWIST WAS BORN AND OF THE CIRCUMSTANCES ATTENDING HIS BIRTH
Among other public buildings in a certain town, which for many reasons it will be prudent to refrain from mentioning, and to which I will assign no fictitious name, there is one anciently common to most towns, great or small: to wit, a workhouse; and in this workhouse was born; on a day and date which I need not trouble myself to repeat, inasmuch as it can be of no possible consequence to the reader, in this stage of the business at all events; the item of mortality whose name is prefixed to the head of this chapter.
[una workhouse era un hospicio para niños abandonados, más bien un matadero de crios ]
Although I am not disposed to maintain that the being born in a workhouse, is in itself the most fortunate and enviable circumstance that can possibly befall a human being, I do mean to say that in this particular instance, it was the best thing for Oliver Twist that could by possibility have occurred. The fact is, that there was considerable difficulty in inducing Oliver to take upon himself the office of respiration,—a troublesome practice, but one which custom has rendered necessary to our easy existence; and for some time he lay gasping on a little flock mattress, rather unequally poised between this world and the next: the balance being decidedly in favour of the latter. Now, if, during this brief period, Oliver had been surrounded by careful grandmothers, anxious aunts, experienced nurses, and doctors of profound wisdom, he would most inevitably and indubitably have been killed in no time. There being nobody by, however, but a pauper old woman, who was rendered rather misty by an unwonted allowance of beer; and a parish surgeon who did such matters by contract; Oliver and Nature fought out the point between them.
The result was, that, after a few struggles, Oliver breathed, sneezed, and proceeded to advertise to the inmates of the workhouse the fact of a new burden having been imposed upon the parish, by setting up as loud a cry as could reasonably have been expected from a male infant who had not been possessed of that very useful appendage, a voice, for a much longer space of time than three minutes and a quarter.
As Oliver gave this first proof of the free and proper action of his lungs, the patchwork coverlet which was carelessly flung over the iron bedstead, rustled; the pale face of a young woman was raised feebly from the pillow; and a faint voice imperfectly articulated the words, ‘Let me see the child, and die.’
The surgeon had been sitting with his face turned towards the fire: giving the palms of his hands a warm and a rub alternately. As the young woman spoke, he rose, and advancing to the bed’s head, said, with more kindness than might have been expected of him: ‘Oh, you must not talk about dying yet.’
‘Lor bless her dear heart, no!’ interposed the nurse, hastily depositing in her pocket a green glass bottle, the contents of which she had been tasting in a corner with evident satisfaction.
‘Lor bless her dear heart, when she has lived as long as I have, sir, and had thirteen children of her own, and all on ’em dead except two, and them in the wurkus with me, she’ll know better than to take on in that way, bless her dear heart! Think what it is to be a mother, there’s a dear young lamb do.’ Apparently this consolatory perspective of a mother’s prospects failed in producing its due effect. The patient shook her head, and stretched out her hand towards the child. The surgeon deposited it in her arms. She imprinted her cold white lips passionately on its forehead; passed her hands over her face; gazed wildly round; shuddered; fell back —and died. They chafed her breast, hands, and temples; but the blood had stopped forever.
‘She was a good-looking girl, too; where did she come from?’
‘She was brought here last night,’ replied the old woman, ‘by the overseer’s order. She was found lying in the street. She had walked some distance, for her shoes were worn to pieces; but where she came from, or where she was going to, nobody knows.’ The surgeon leaned over the body, and raised the left hand. ‘The old story,’ he said, shaking his head: ‘no wedding-ring, I see. Ah! Good-night!’
Oliver was badged and ticketed, and fell into his place at once—a parish child—the orphan of a workhouse—the humble, half-starved drudge—to be cuffed and buffeted through the world—despised by all, and pitied by none. Oliver cried lustily. If he could have known that he was an orphan, left to the tender mercies of church-wardens and overseers, perhaps he would have cried the louder.
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El Carbón y el Imperio Británico
Este tema es demasiado largo y sólo voy a esbozarlo
(wikipedia) El Imperio británico comprendió los dominios, colonias, protectorados y otros territorios gobernados o administrados por el Reino Unido entre los siglos XVI y XX, concretamente hasta el año 1949.
Durante las primeras décadas del siglo XX, el Imperio británico abarcaba una población de cerca de 458 millones de personas y unos 31.000.000 km², lo que significaba aproximadamente una cuarta parte de la población mundial y una quinta parte de las tierras emergidas, lo que lo convierte en el imperio y estado más extenso de toda la historia.
El pico propiamente dicho se desarrolló durante unos 100 años (el llamado siglo imperial desarrollado entre 1815 y 1914), a través de una serie de fases de expansión relacionadas con el comercio, la colonización y la conquista, además de períodos de actividad diplomática. Probablemente, el punto de máximo auge imperial puede situarse entre 1890 y 1920. El Imperio facilitó la extensión de la tecnología, el comercio, el idioma y el gobierno británicos por todo el mundo. La hegemonía imperial contribuyó al espectacular crecimiento económico del Reino Unido y al peso de sus intereses en el escenario mundial. En la actualidad países que son potencias mundiales o de una gran importancia política mundial son herederos del imperio británico: Estados Unidos, India, Canadá, Australia, Sudáfrica y Nueva Zelanda.
☼ También hay que considerar el imperio británico no oficial, que incluía países complemente dependientes de su comercio, como Uruguay, Argentina, Chile y de hecho toda la América que había sido española y que tras el Congreso de Viena cae graciosamente en manos británicas.
Países como Italia, carentes de carbón, e incluso España en el siglo XIX y el siglo XX dependían absolutamente del carbón británico para su industria.
La historia del Imperio Británico es de una asombrosa pujanza, otra materia épica y bien conocida por libros y películas.
Esta prepotencia sólo era posible por la potencia que el carbón, y sus derivados el hierro y el acero, y sus consecuencias, el maquinismo y la producción industrial, las importaciones, transformación de materias primas, y exportaciones, y el comercio y las finanzas y formación de capital, todo en última instancia dependía del carbón extraído y transformado, de Newcastle y el Black Country, como hemos visto.
☼ La debilidad de las razas latinas. Era normal en el siglo XIX y aún después, atribuir la debilidad militar e industrial de otras naciones europeas, y especialmente de Francia, a su relativa falta de carbón, y eso por los bienpensantes, otros decían que las razas latinas habían degenerado.
EC Jeffrey, botánico de Harvard ¡en 1925! escribió, razonablemente
“que la llamada decadencia de ciertas razas europeas (quiere decir, de las razas latinas o sea Francia, Italia y España) claramente no se debe a ninguna degeneración, sino a su pobreza de recursos en carbón.
Esto es notablemente cierto de las razas latinas y es también el caso, menos claro, de otros países nórdicos que carecen del mineral indispensable para nuestra moderna civilización”.
☼ Sólo Alemania, Prusia, otro imperio formado sobre el Carbón, el Hierro y el Acero, la Industria, la Química, la Ciencia y la Técnica pudo enfrentarse al Imperio Británico en las Guerras Mundiales, y sólo perdió porque contra Alemania pelearon continentes enteros -EEUU, Canadá, Australia, India y todo el Imperio Británico junto con la inmensa Rusia, Francia y su no desdeñable imperio de Ultramar.
Alemania, para sorpresa de españoles y otros, es un país PEQUEÑO (¡los españoles se creen que Alemania es más grande !) tiene 357.168 km2 [ http://en.wikipedia.org/wiki/Germany ] y España tiene más de 500.000 km2 ; Italia es también bastante más pequeña que España, Polonia también: en Europa sólo Francia es mayor en tamaño que España y de hecho la Península Ibérica es mayor que Francia.
Es la Geología lo que en gran parte condiciona el destino, y también la calidad genética de la población, su inteligencia natural.
Si advertimos que hoy, Junio de 2014, hay manifestaciones en las Canarias contra que se busque Petróleo, siendo que esas islas tienen 36% de paro, no tienen ni agua para beber [el agua que beben la tienen que desalar del mar ] y una población que no vale para nada -en 500 años no han contribuido los canarios con maldita la cosa a la cultura, la ciencia, la técnica o el progreso- y cosa similar algo menos grave se puede decir de toda la Península (y de las Baleares, otros que tal) que depende absolutamente del Carbón, Petróleo y Gas importados tenemos que llegar a consideraciones muy melancólicas sobre el ser nacional.
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Cómo el Grafito le dio la supremacía a Inglaterra en la guerra y el arte
¿El Grafito? Es una forma pura de carbón, e Inglaterra bendecida por los dioses en el tema carbón, recogiendo y usando la materia carbonosa acumulada durante millones de años tuvo en el Grafito otro triunfo importante y mal conocido.
¡El grafito era fundamental para moldes de balas de cañón ! Y para fabricar los mismos cañones de hierro, que se usaban bloques cilíndricos de grafito para formar el ánima, o sea el interior del cañón cuando se fundía, y aliviar el trabajo de darle diámetro interior.
Inglaterra era el único país de Europa que tenía grafito, de hecho sólo tenían una mina muy buena, bajo control del ejército en época de Elizabeth I y de Felipe II, y cuando sacaban el necesario la inundaban de agua para que no pudieran entrar a robar grafito.
De todas formas lo robaban, y era un caro contrabando a Francia que lo necesitaba para hacer sus cañones de hierro.
Some time before 1565 (some sources say as early as 1500), an enormous deposit of graphite was discovered on the approach to Grey Knotts from the hamlet of Seathwaite in Borrowdale parish, Cumbria, England
This particular deposit of graphite was extremely pure and solid, and it could easily be sawn into sticks. This remains the only large-scale deposit of graphite ever found in this solid form
The value of graphite was soon realised to be enormous, mainly because it could be used to line the moulds for cannonballs, and the mines were taken over by the Crown and guarded. When sufficient stores of graphite had been accumulated, the mines were flooded to prevent theft until more was required.
Los ingleses inventaron el lápiz.
Los ingleses empezaron a fabricar pencils lápices, cortando el grafito y envolviendolo (porque es blando) en pellejos.
En 1560 una pareja italiana, Simonio y Lyndiana Bernacotti fabricaron los primeros lápices, o sea el grafito encajado dentro de una cubierta de madera y durante siglos Inglaterra tuvo el monopolio total de la fabricación y exportación de lápices, imprescindibles para los artistas y necesarios en el comercio.
¡Menudo dineral les entraba!
Los alemanes tenían grafito, de mucha peor calidad, y en el siglo XIX cuando el bloqueo de Inglaterra y Alemania a la Francia de Napoleón, Conté inventó el lápiz moderno, de grafito lavado y purificado, mezclado con proporciones de creta para obtener las distintas durezas, H4, HB, BB etc, que conocemos hoy.
Método primero, arriba.
La barra de grafito se encajaba en la madera, la recortaban, y otro trozo de madera se pega arriba. Estos lápices cuadrados eran los lápices ingleses clásicos, y aún se pueden comprar.
El método moderno abajo, con barra ‘mina’ compuesta de grafito en polvo y creta.
Cómo el Carbón se acabó en Inglaterra
En realidad aún queda, bastante, y se sigue extrayendo algo.
Pero tras la Segunda Guerra Mundial Inglaterra deja de ser la Fábrica del Mundo y toda su industria entra en decadencia y desaparece.
Cuando llega Thatcher los mineros eran un sector poderoso y conflictivo, el país generaba su electricidad en gran parte quemando carbón, pero era carbón caro por los sueldos altos y sobre todo el tema ideológico (lo expliqué en otros artículos Cómo los ricos treparon en Gran Bretaña , Cómo los Liberalotes cambiaron Gran Bretaña ), los conservadores querían quebrar el poder sindical.
Les ayudó el descubrimiento de Petróleo y Gas en el Mar del Norte
Ahora las centrales térmicas queman carbón, mayormente importado de Sudáfrica y de Rusia, y las centrales a gas queman metano ya principalmente importado.
Y esta saga heroica y terrible, del Carbón, del Hierro y del Acero y de la Revolución Industrial en la Gran Bretaña, terminó.
Qué Importancia tiene entender bien esto
Actualmente España está en plena decadencia, involución y colapso como es evidente a los ojos (sólo los mendaces y aterrados corruptos políticos lo niegan, niegan la evidencia visible a los ojos y prometen el regreso a un pasado reciente que fue mejor) pero las cosas se van a poner mucho peor.
Algunos pronostican que es el final de la Era Industrial. Debería ser evidente que el final del Maquinismo va a traer la muerte a miles de millones de personas.
Basta leer y entender las descripciones de Engels de la Revolución Industrial en Inglaterra, ¿de qué van a vivir tantos millones de hombres y mujeres, en tantos países del mundo, si las máquinas se paran, por falta de carbón y de petróleo?
Algunos necios creen que en España los arruinados habitantes de las ciudades se comprarán chacras en el campo (¿con qué dinero?) para vivir una idílica existencia rural, pobre sí pero tranquila.
Esta gente ignora tercamente lo que yo tengo escrito y demostrado, que en 1900 malvivían en la Península 19 millones de personas, pobrísimos hasta un nivel inimaginable hoy -por ejemplo, los madrileños empeñaban el colchón para comprar la entrada a los toros, y las manolas si podían sacaban del empeño el mantón de Manila para alguna verbena, era su única posesión. En cuanto al campo, se vivía como en Afganistán.
España no podia dar de comer a 19 millones, y hoy son 47,7 millones, o sea que sobran 20 millones de personas por lo menos, y hasta los economistas más necios lo están diciendo.
No hay chacras para 47,7 millones de personas, así de simple, no hay sitio.
Imposible volver al caballo en España
Algunos enfermos de la cabeza dicen que puede vivir la gente de comer bellotas, como si los españoles fueran cerdos, y en su demencia y cerril entendimiento estos desempleados ninis que el padre les pone el plato en la mesa, ven a la pobre existencia de los bosquimanos del Kalahari, como una cosa ideal.
☼ Aquí les voy a dejar, para que se rían todos, el Manual de Cocina Bellotera para la Era Postpetrolera, con prólogo del maestro Félix Rodrigo Mora.
En fin, las leyes no me permiten, todavía, ahorcar a esos de un carballo.
Como Uds probablemente saben de leer mis severos artículos, yo no soy precisamente un enamorado de España, yo soy un crítico severo más bien, pero antes que ver a mis compatriotas masticando bellotas como los cerdos, prefiero que se mueran los que sobran.
Creo que conocer la épica historia de la Revolución Industrial y cómo el Carbón, el Hierro y el Acero construyeron el Imperio Británico ayudará a entender el serio peligro que nos acecha, los malos tiempos que se vienen próximos.
ADDENDA
☼ Ya conté como un material energético tan pobre como es la turba permitió a los Países Bajos derrotar a España e incluso luego a Inglaterra en varias guerras.
Bancos, Bolsa y Turba: cómo los Países Bajos derrotaron a la España Imperial
Esos crueles holandeses tenían una fuente de energía, y facilidad de transportarla por ríos y canales, y así tuvieron un principio de Revolución Industrial, y Financiera, y Comercial: importaban grano de Polonia y se lo vendían a España, en plena guerra !
La constante acumulación de potencia que el combustible les daba les permitió a un país ridículo, a estos Pordioseros del Mar -Beggars of the Sea- vencer a sus grandes y fuertes enemigos, que no disponían de ello.
Visto estos dos casos y otros parecidos, de Holanda con su turba al terminar la Edad Media, e Inglaterra con su carbón (podemos agregar a EEUU, con su carbón y luego petróleo, y Alemania, y China) se entiende mejor porqué España que carece de Petróleo, de Gas, y de Carbón ¡y de empresas! (¿cual es el Casio o el Samsung español o catalán? Nada, no hay nada ni parecido) y va de cabeza al muere.
☼ Mientras tanto, en la España de principios del siglo XIX, en la Corte, en Madrid…
Es muy interesante, ahora que conocemos la tremenda y cruel vitalidad de Inglaterra en el Siglo 19, y cómo su viril población alcanzó la supremacía mundial, que Uds conozcan cómo era la cosa en España, en 1808, a vísperas de la invasión de Napoleón, a días de perder el Imperio.
Un país habitado por idiotas y monjes parásitos, mayormente.
Pero no me hagan caso a mi de entrada, lean lo que escribe Don Benito Pérez Galdós en La Corte de Carlos IV.
El personaje que habla en primera persona, es un joven, Gabriel, que cuando niño había peleado de grumete en la batalla de Trafalgar, y ahora servía a una actriz española, en Madrid.
No se pierdan el relato del ambiente de teatro cortesano de la época, pero acá nos interesa otra cosa.
“
Despacharon al abate, y luego a mí, con más presteza de la que habría querido, pues de buen grado me hubiera detenido más para oír los comentarios políticos que tanto me agradaban. Ya iba derecho a casa, cuando acerté a tropezar con el reverendo padre Fray José Salmón, de la orden de la Merced, el cual era un sujeto excelente que visitaba a doña Dominguita (la abuela de mi ama), con tanta frecuencia como exigían el arte de Hipócrates y el piadoso anhelo de bien morir; pues para administrar lo primero y preparar el ánima a lo segundo era un águila el buen mercedario Salmón, a quien sólo faltaba una o en su apellido para llamarse como el portento de la sabiduría. Detúvose en medio de la calle, e interpelándome con su acostumbrada afabilidad y cortesía, dijo:
-¿Y esa incomparable doña Dominga, cómo está? ¿Qué tal efecto te ha hecho el cocimiento de cáscaras de frambuesa, o sea, tetragonia ficoide, que llama Dioscórides?
-¡Magnífico efecto! -respondí, aunque estaba en completa ignorancia del asunto.
-Ya le llevaré esta tarde unas pildoritas… -prosiguió- con las cuales o yo no soy el padre Salmón de la orden de la Merced, o esa señora ha de recobrar la agilidad de sus piernas… Pero chico: qué buenas peras llevas ahí -añadió metiendo la mano en el cesto y sacando la fruta indicada-. Tú tienes buena mano derecha para comprar peras.
Y acto continuo se la guardó, después de olerla, en la manga del luengo hábito, sin pedir permiso para ello, pues aunque siguió hablando, fue para añadir lo siguiente:
— ¿Por ventura no sabes que Napoleón fue quien restableció el culto en Francia, después de los horrores y herejías de la revolución? ¿No sabes también que entre nosotros no falta algún endiablado personaje en cuya mente bullen atrevidos proyectos contra la Iglesia? Pues sabiendo esto, ¿a quién no se alcanza que el objeto de la entrada de esos ejércitos no es ni puede ser otro que dar merecido castigo al insolente pecador, al polígamo desvergonzado, al loco enemigo de los derechos eclesiásticos?
-Luego ese Sr. Godoy ¿no sólo es un bribón, y un acá y un allá, sino que también es enemigo de la religión y los religiosos? -pregunté asombrado de ver cómo aumentaba el capítulo de culpas del favorito
-Sin duda -dijo el fraile-. Y si no, ¿qué nombre tiene el proyecto de reformar las órdenes mendicantes, quitándoles la vida conventual y obligando a esos buenos religiosos a servir en los hospitales generales? También agita en su diabólica mente el proyecto de sacar de las granjas que nos pertenecen lo necesario para fundar unas a modo de escuelas de agricultura; que sabe Dios lo que serán las tales escuelitas. ¡Oh! Y si fuera cierto lo que se dice -añadió alargando la mano para hacer segunda exploración en mi cesto-; si fuera cierto lo que se dice respecto a la enajenación de parte de los bienes que ellos llaman de manos muertas... Pero no nos ocupemos de esto, que más bien causa risa que indignación, y fijemos la vista en el astro de las Galias que cual divino campeón viene a libertarnos de la tiranía de un necio valido, poniendo en el trono al augusto príncipe en cuya sabiduría y prudencia fiamos. [Fernando VII ]
Al concluir esto había trasportado desde mi cesto a las mangas de su hábito otra pera y hasta media docena de ciruelas, dando después rienda suelta a los encomios de mi destreza en el comprar. Yo me apresuré a separarme de un interlocutor que me salía tan caro, y le di los buenos días, renunciando a las lecciones de su sabiduría.
(el joven Gabriel se encuentra con el mal poeta y autor Comella )
-Justo; y aunque él [Napoleón] y Godoy han sido muy amigotes, ya parece que el otro ha conocido sus malas mañas, y sabe que todos queremos al heredero, con lo cual dicho se está que nos hará el gusto. En cuanto a Godoy, yo estoy en que no existe hombre peor en toda la redondez de la tierra. Pueden perdonársele los medios de su elevación; puede perdonársele que sea polígamo, ateo, verdugo, venal, y otras faltas por el estilo; pero lo que no tiene nombre y prueba mejor que nada la corrupción de las costumbres, es que proteja a los malos poetas, dando cordelejo a los que son buenos, y además nacionales, españoles como yo, y no admitimos ese fárrago de reglas ridículas y extranjeras con que Moratín y otros poetastros de polaina embaucan a los tontos. ¿No piensas como yo?
-Lo mismito que Vd. -respondí-. Y ahora verá el Sr. D. Luciano cómo los franceses, cuando hayan arreglado lo de Portugal, arreglarán a España y se acabará la protección a los malos poetas.
-Dios lo quiera así… Pero es tarde y nos vamos, que antes del almuerzo hemos de dejar concluida la escena entre Nelson y la hija de Gravina.
Se marcharon a prisa, y yo me quedé pensando en la serie de maldades que habría cometido el Príncipe de la Paz, Godoy, para tener también en contra suya a los malos poetas. Hasta mucho tiempo después no conocí que entre los infinitos actos reprensibles de aquel monstruo de la fortuna había algunos que la posteridad, por el contrario, debía recordar siempre con agradecimiento.
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Después he meditado bastante sobre las cosas de aquel tiempo, y sobre la opinión general, y puedo deciros sin miedo de equivocarme, que el hombre de más talento que conocí en aquellos días fue el amolador [ Pacorro Chinitas ] de la calle del Baño.
-Yo digo y repito que todos estos señores parece que están bobos. Nosotros, los que no sabemos leer ni escribir, acertamos a veces mejor que ellos; y lo que ellos no pueden ver, porque les encandila el sol de un poder que tienen tan cerca, lo vemos nosotros desde abajo; y si no, di tú: ¿No es preciso estar ciego para comprender que Napoleón no dice lo que tiene pensado? ¿Ese hombre, no ha revuelto todas las partes del mundo; no ha quitado de los tronos los reyes que ha querido para poner a los mocosos de sus hermanos? Dicen que viene a poner al Príncipe de Asturias y a quitar al choricero. De eso me río yo. Sí, porque Godoy y él no están de compinche para hacer cualquier picardía… A mí con esas. Lo que menos le importa a Napoleón es que reine Fernandito o prive D. Manuel; lo que él quiere es cogerse a Portugal para darle un pedazo a Godoy, y otro pedazo a la infanta que han puesto de reina allá en Trucha o Truria…
-Pues que lo cojan y lo repartan -dije yo con gran crueldad para nuestros vecinos-, ¿qué nos importa? Con tal que quiten a ese hombre tan malo…
-Si cogen a Portugal, porque es un reino chiquito, mañana cogerán a España, porque es grande. Yo me enfado cuando veo a esos bobalicones que andan por ahí, abates, petimetres, frailes, covachuelistas, y hasta usías muy estirados, que se ríen y se alegran cuando oyen decir que Napoleón se va a embolsar a Portugal, y con tal de ver por tierra al guardia, no les importa que el francés eche el ojo a un bocadito de España, que no le vendrá mal para acabar de llenar el buche.
-Y aunque ese hombre es una buena pieza y ha hecho muchas maldades, la mitad de lo que dicen es mentira. También habrás visto que hoy le escupen muchos que antes le adulaban; es que saben que va a caer, y la sombra del árbol carcomido no le gusta a la gente. ¡Ah!, me parece que aquí vamos a ver grandes cosas, sí señor, grandes cosas. Digo y repito, que de esto va a resultar lo que nadie piensa, y muchos que hoy se restriegan las manos de contento, llorarán mañana a moco y baba; y si no, acuérdate de lo que te digo.
En cuanto a Godoy, no había duda de que los comerciantes, los nobles, los petimetres, el pueblo, los frailes, y hasta los malos poetas anhelaban su caída, unos con razón y otros sin ella; unos por convicción de la ineptitud del valido; bastantes por envidia, y muchos porque creían a pie juntillas que habíamos de estar mejor cuando nos gobernara el heredero de la corona. Fue singular cosa que todos se equivocaran respecto a la marcha de los futuros sucesos esperando el próximo arreglo de todos los trastornos; fue singular cosa que el optimismo ciego de la mayoría no alcanzase a comprender lo que penetró con su ruda desconfianza el buen juicio del amolador.
/…/No le daría un puesto en la serie de mis recuerdos, si aquel no fuera uno de los personajes más célebres de su tiempo, razón por la cual me resuelvo no sólo a mencionarle, sino a describirle, para edificación de los tiempos presentes. Era el marqués Caballero, ministro de Gracia y Justicia. No vi a semejante hombre más que una vez, y jamás lo he olvidado. Era de edad como de cincuenta años, pequeño y rechoncho de cuerpo , turbia y traidora la mirada de uno de sus ojos, pues el otro estaba cerrado a toda luz; con el semblante amoratado y granulento como de persona a quien envilece y trastorna el vino; de andar y gestos sumamente ordinarios: en tanto grado repugnante y soez toda su persona, que era preciso suponerle dotado de extraordinarios talentos para comprender cómo se podía ser ministro con tan innoble estampa. Pero no, señores míos. El marqués Caballero era tan despreciable en lo moral como en lo físico, pudiendo decirse que jamás cuerpo alguno encarnó de un modo tan fiel los ruines sentimientos y bajas ideas de un alma. Hombre nulo, ignorante, sin más habilidad que la intriga, era el tipo del leguleyo chismoso y tramoyista que funda su ciencia en conocer no los principios, sino los escondrijos, las tortuosidades y las fórmulas escurridizas del derecho, para enredar a su antojo las cosas más sencillas. Nadie podía explicarse su encumbramiento tanto más enigmático, cuanto que el omnipotente Godoy no pasaba por amigo suyo, mas debió aquél consistir en que, habiéndose introducido en palacio y héchose valer, merced a viles intrigas de escalera abajo, usó como instrumento de su ambición cerca del Rey, la Iglesia; y adulando la religiosidad del pobre Carlos, pintándole imaginarios peligros y haciendo depender la seguridad del trono de la adopción de una política restrictiva en negocios eclesiásticos, logró hacerse necesario en la corte. El mismo Godoy no pudo apartarle del gobierno ni poner coto a las medidas dictadas por el bestial fanatismo del ministro de Gracia y Justicia, quien después de haber perseguido a muchos ilustres hombres de su época, y encarcelado a Jovellanos, remató su gloriosa carrera contribuyendo a derribar al mismo Príncipe de la Paz, en Marzo de 1808. Damos estas ligeras noticias respecto a un hombre que gozaba entonces de justa y general antipatía, para que se vea que la elevación de tontos y ruines y ordinarios, no es, como algunos creen, desdicha peculiar de los modernos tiempos.
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Unos fragmentos de la novela de Julio Verne Las Indias Negras
Sabido es que los ingleses han dado al conjunto de sus vastas minas de hulla un nombre muy significativó: las llaman justamente Las Indias Negras. Y en efecto; estas indias han contribuido tal vez más que las Indias Orientales, a aumentar la sorprendente riqueza del Reino Unido. Allí, en efecto, trabaja día y noche todo un pueblo de mineros para extraer del subsuelo británico el carbón, ese precioso combustible, elemento indispensable de la vida industrial.
Por esta época, el límite del tiempo calculado para que se agotaran las minas de carbón estaba muy lejano: y por tanto no era de temer la penuria en un breve plazo. Aún quedaban por explotar los depósitos carboníferos de dos mundos. Las fábricas, las locomotoras, las locomóviles, los buques de vapor; las máquinas de gas, etc., no estaban amenazadas de carecer de carbón mineral.
Sólo en estos últimos años ha sido cuando el consumo se ha aumentado de tal manera, que han sido agotadas algunas capas, aún en los más ricos filones; y abandonadas ahora estas minas, perforan y taladran el suelo inútilmente con sus pozos olvidados y sus galerías desiertas.
Éste era precisamente el estado de las minas. de Aberfoyle.
Por esta época, el límite del tiempo calculado para que se agotaran las minas de carbón estaba muy lejano: y por tanto no era de temer la penuria en un breve plazo. Aún quedaban por explotar los depósitos carboníferos de dos mundos. Las fábricas, las locomotoras, las locomóviles, los buques de vapor; las máquinas de gas, etc., no estaban amenazadas de carecer de carbón mineral.
Sólo en estos últimos años ha sido cuando el consumo se ha aumentado de tal manera, que han sido agotadas algunas capas, aún en los más ricos filones; y abandonadas ahora estas minas, perforan y taladran el suelo inútilmente con sus pozos olvidados y sus galerías desiertas.
Éste era precisamente el estado de las minas. de Aberfoyle.
El ingeniero Jacobo Starr reunió aquellos miles de obreros que formaban la activa y enérgica población de la mina. Cavadores, arrastradores, conductores, pisoneros, leñadores, canteros, maquinistas, herreros, carpinteros, todos: hombres, mujeres, ancianos, Obreros del fondo y del día se reunieron en la gran rotonda de la galería Dochart, llena en otros tiempos de los abundantes productos de la mina.
“Ese pedazo de hulla, amigos míos, continuó Jacobo Starr, es como el último glóbulo de la sangre que circulaba en las venas de la mina. Le conservaremos como hemos conservado el primer fragmento de carbón que se sacó hace ciento cincuenta años de los filones de Aberfoyle. ¡Cuántas generaciones de trabajadores se han sucedido en nuestras galerías entre estos dos pedazos! ¡Ahora todo ha concluido! ¡Las últimas palabras que os dirige vuestro ingeniero son un adiós Habéis vivido de la mina, que se ha vaciado en vuestras manos. El trabajo ha sido duro; pero no sin provecho para vosotros.
☼ A Julio Verne, y a sus lectores, les encantaban las disgresiones científicas en sus novelas, acá Verne se explaya sobre el Carbonífero, lirismos que yo había despachado con cuatro palabras al principio del artículo.
EL SUBSUELO DEL REINO UNIDO
Es conveniente para la inteligencia de este relato, decir algunas palabras que recuerden el origen de la hulla.
Durante las épocas geológicas, cuando el esferoide terrestre estaba todavía en vías de formación, le rodeaba una espesa atmósfera saturada de vapor de agua, y fuertemente impregnada de ácido carbórnico. Poco a poco estos vapores se fueron condensando en muchos y sucesivos diluvios, que cayeron sobre la tierra como si hubieran sido arrojados de las bocas de algunos millones de millones de botellas de agua de Seltz. Era, en efecto, un líquido cargado de ácido carbónico, que se derramaba torrencialmente sobre un suelo pastoso, mal consolidado, sujeto a deformaciones lentas o bruscas y manteniendo al mismo tiempo en este estado semifluido, tanto por el calor procedente del sol, como por el fuego de la masa interior. Este fuego no estaba todavía encerrado en el centro del globo. La corteza terrestre, poco espesa y no completamente endurecida, le dejaba pasar al través de sus poros. De aquí provenía una vegetación fenomenal, semejante sin duda a la que tal vez existe en la superficie de los planetas inferiores Venus o Mercurio, mas proximos que nosotros al astro radiante. [AGL. en fin, eso se creía en tiempos de Julio Verne, siglo XIX]
El suelo de los continentes, aún mal fijado, se cubrió, pues, de bosques inmensos. El ácido carbónico, tan propio para el desarrollo del reino vegetal, existía en gran abundancia; y por tanto los vegetales se desarrollaban en forma arborescente. No había ni una sola planta herbácea. Por todas partes se encontraban enormes masas de árboles sin flores, sin frutos, de un aspecto monótono, que no hubieran podido servir para la alimentación de ningún ser viviente.
La tierra no estaba dispuesta todavía para la aparición del reino animal.
La composición de estos bosques antediluvianos era la siguiente. Dominaba la clase de las criptógamas vasculares. Las calamitas, variedades de la aspérula arborescente, los lepidodendrones, clase de liecopodias gigantes de veinte y cinco a treinta metros de altura y de un metro de ancho en su base, las asterófilas o radiadas, los helechos, las sigilarias de proporciones gigantescas, y de las cuales se han encontrado huellas en las minas de Saint‑Etienne ‑plantas todas grandiosas, con las cuales no existe ninguna que tenga analogía sino entre los más humildes modelos de las tierras habitables‑ tales eran poco variados en sus especies, pero enormes en su desarrollo, los vegetales que formaban exclusivamente los bosques de aquella época..
Estos árboles estaban plantados en una especie de laguna inmensa, profundamente humedecida por la mezcla de aguas dulces y de aguas saladas. Se asimilaban rápidamente el carbono, que absorbían poco a poco de la atmósfera, impropia todavía para las funciones de la vida; y estaban, puede decirse, destinados a condensarse bajo la forma de hulla en las entrañas mismas de la tierra. /…/
Durante las épocas geológicas, cuando el esferoide terrestre estaba todavía en vías de formación, le rodeaba una espesa atmósfera saturada de vapor de agua, y fuertemente impregnada de ácido carbórnico. Poco a poco estos vapores se fueron condensando en muchos y sucesivos diluvios, que cayeron sobre la tierra como si hubieran sido arrojados de las bocas de algunos millones de millones de botellas de agua de Seltz. Era, en efecto, un líquido cargado de ácido carbónico, que se derramaba torrencialmente sobre un suelo pastoso, mal consolidado, sujeto a deformaciones lentas o bruscas y manteniendo al mismo tiempo en este estado semifluido, tanto por el calor procedente del sol, como por el fuego de la masa interior. Este fuego no estaba todavía encerrado en el centro del globo. La corteza terrestre, poco espesa y no completamente endurecida, le dejaba pasar al través de sus poros. De aquí provenía una vegetación fenomenal, semejante sin duda a la que tal vez existe en la superficie de los planetas inferiores Venus o Mercurio, mas proximos que nosotros al astro radiante. [AGL. en fin, eso se creía en tiempos de Julio Verne, siglo XIX]
El suelo de los continentes, aún mal fijado, se cubrió, pues, de bosques inmensos. El ácido carbónico, tan propio para el desarrollo del reino vegetal, existía en gran abundancia; y por tanto los vegetales se desarrollaban en forma arborescente. No había ni una sola planta herbácea. Por todas partes se encontraban enormes masas de árboles sin flores, sin frutos, de un aspecto monótono, que no hubieran podido servir para la alimentación de ningún ser viviente.
La tierra no estaba dispuesta todavía para la aparición del reino animal.
La composición de estos bosques antediluvianos era la siguiente. Dominaba la clase de las criptógamas vasculares. Las calamitas, variedades de la aspérula arborescente, los lepidodendrones, clase de liecopodias gigantes de veinte y cinco a treinta metros de altura y de un metro de ancho en su base, las asterófilas o radiadas, los helechos, las sigilarias de proporciones gigantescas, y de las cuales se han encontrado huellas en las minas de Saint‑Etienne ‑plantas todas grandiosas, con las cuales no existe ninguna que tenga analogía sino entre los más humildes modelos de las tierras habitables‑ tales eran poco variados en sus especies, pero enormes en su desarrollo, los vegetales que formaban exclusivamente los bosques de aquella época..
Estos árboles estaban plantados en una especie de laguna inmensa, profundamente humedecida por la mezcla de aguas dulces y de aguas saladas. Se asimilaban rápidamente el carbono, que absorbían poco a poco de la atmósfera, impropia todavía para las funciones de la vida; y estaban, puede decirse, destinados a condensarse bajo la forma de hulla en las entrañas mismas de la tierra. /…/
Puede juzgarse por las cifras siguientes de las cantidades de hulla que se han consumido desde el descubrimiento de los primeros depósitos. Las cuencas carboníferas de Rusia, Sajona y Baviera comprenden 600,000 hectáreas; las de España 150,000; las de Bohemia y Austria 150,000: las de Bélgica, que ocupan una zona de 40 leguas de largo, por 3 de ancho, comprenden también 150,000 hectáreas, que se extienden por los territorios de Lieja, Namur, Mons y Chaleroi.
En Francia la cuenca situada entre el Loira y el Ródano, Rive‑deGier, Saint‑Etierme, Givors, Epinac, Blanzy, Creusot;1as explotaciones de Gard, Alais, Grand Combe; las de Aveyron en Aubin; los dep6sitos de Cannaux, Bassac, Graissessac, en el Norte, Ancin, Valenciennes, Lens, Bethune, ocupan cerea de 350,000 hectáreas.
El país más rico en carbón es incontestablemente el Reino Unido. Exceptuando la Irlanda, que carece casi por completo de combustible mineral, posee toda Inglaterra enormes riquezas carboníferas; pero agotables, como todas las riquezas. La más importante de todas estas cuencas es la de Newcastle, que ocupa el subsuelo del condado de Northumberland, que produce al año hasta 30.000,000 de toneladas, es decir, más de la tercera parte del consumo inglés, y más del doble de la producción en Francia. La cuenca del país de Gales, que ha concentrado toda una poblacion de mineros en Cardiff, Swansea y Newport, produce anualmente 10,000,900 de toneladas de esa hulla tan buscada, que lleva su nombre. En el centro se explotan las cuencas de los condados de York, de Lancaster, de Derby, de Stafford, menos productivas, pero de una ri queza considerable todavía. En fin, en la parte de Escocia situada entre Edimburgo y Glasgow, entre estos dos mares que las penetran tan profundamente, existe uno de los depósitos carboníferos más extensos del Reino Unido. El conjunto de estas diversas cuencas no comprende menos de 1.600,000 hectáreas, y produce anualmente 100.000,000 de toneladas de combustible.
¡Pero qué importa! El consumo llegará a ser tal, por las necesidades de la industria y del comercio, que estas riquezas se agotarán. El tercer millar de años‑de la Era Cristiana, verá antes de terminar que la mano del obrero ha vaciado ya en Europa esos almacenes en los cuales según una imagen exacta se ha concentrado el calor solar de los primeros días.
Pero precisamente en la época a que se refiere esta historia, una de las más importantes minas de la cuenca escocesa había sido agotada por una explotación demasiado rápida. En este terreno, que se extiende entre Edimburgo y Glasgow, y en una anchura media de 10 a 12 millas, era donde existía la mina de Aberfeyle, cuyo ingeniero Jacobo Starr, había dirigido sus trabajos por espacio de tanto tiempo.
En Francia la cuenca situada entre el Loira y el Ródano, Rive‑deGier, Saint‑Etierme, Givors, Epinac, Blanzy, Creusot;1as explotaciones de Gard, Alais, Grand Combe; las de Aveyron en Aubin; los dep6sitos de Cannaux, Bassac, Graissessac, en el Norte, Ancin, Valenciennes, Lens, Bethune, ocupan cerea de 350,000 hectáreas.
El país más rico en carbón es incontestablemente el Reino Unido. Exceptuando la Irlanda, que carece casi por completo de combustible mineral, posee toda Inglaterra enormes riquezas carboníferas; pero agotables, como todas las riquezas. La más importante de todas estas cuencas es la de Newcastle, que ocupa el subsuelo del condado de Northumberland, que produce al año hasta 30.000,000 de toneladas, es decir, más de la tercera parte del consumo inglés, y más del doble de la producción en Francia. La cuenca del país de Gales, que ha concentrado toda una poblacion de mineros en Cardiff, Swansea y Newport, produce anualmente 10,000,900 de toneladas de esa hulla tan buscada, que lleva su nombre. En el centro se explotan las cuencas de los condados de York, de Lancaster, de Derby, de Stafford, menos productivas, pero de una ri queza considerable todavía. En fin, en la parte de Escocia situada entre Edimburgo y Glasgow, entre estos dos mares que las penetran tan profundamente, existe uno de los depósitos carboníferos más extensos del Reino Unido. El conjunto de estas diversas cuencas no comprende menos de 1.600,000 hectáreas, y produce anualmente 100.000,000 de toneladas de combustible.
¡Pero qué importa! El consumo llegará a ser tal, por las necesidades de la industria y del comercio, que estas riquezas se agotarán. El tercer millar de años‑de la Era Cristiana, verá antes de terminar que la mano del obrero ha vaciado ya en Europa esos almacenes en los cuales según una imagen exacta se ha concentrado el calor solar de los primeros días.
Pero precisamente en la época a que se refiere esta historia, una de las más importantes minas de la cuenca escocesa había sido agotada por una explotación demasiado rápida. En este terreno, que se extiende entre Edimburgo y Glasgow, y en una anchura media de 10 a 12 millas, era donde existía la mina de Aberfeyle, cuyo ingeniero Jacobo Starr, había dirigido sus trabajos por espacio de tanto tiempo.
—En verdad, exclamó el joven, es sensible que todo el globo terráqueo no esté únicamente compuesto de carbón. ¡Habría habido para millones de años!
—Sin duda, Harry, pero es preciso confesar que la naturaleza ha sido previsora, formando nuestro esferoide más principalmente de gres, de calcáreas, de granito, que no puede consumir el fuego…
—¿Queréis decir que los hombres hubiesen concluido por quemar todo el globo?
—Sí, entero, hijo mío, respondió el ingeniero. La tierra habria pasado hasta el último átomo a los hornos de las locomotoras, de las locomóviles, de los buques de vapor, de las máquinas de gas; ¡y así habría concluido nuestro mundo un día!
—¡Ya no hay ese temor, señor Starr! ¡Pero también las minas se acabarán, sin duda, más rápidamente de lo que creen los estadísticos!
—Sí, sucederá, Harry, y en mi opinión Inglaterra hace mal en cambiar su combustible por el oro de las demás naciones.
—En efecto, respondió Harry.
—Yo sé muy bien, contestó el ingeniero, que ni la hidráulica ni la electricidad han dicho aún su última palabra, y que llegará un día en que estas fuerzas se utilicen más completamente. Pero no importa. ¡La hulla es de un uso tan práctico, y se presta tan fácilmente a las necesidades variadas de la industria! ¡Desgraciadamente los hombres no pueden producirla a voluntad! Si los bosques de la superficie de la tierra crecen incesantemente por la influencia del calor y del agua, los bosques interiores no se reproducen, y el globo no se encontrará ya nunca en las condiciones necesarias para volverlos a crear.
Jacobo Starr y su guía, hablando siempre, seguían su marcha con paso rápido. Una hora después de haber salido de Callander llegaban a la boca Dochart.
La persona más indiferente se hubiese impresionado ante el triste aspecto que presentaba aquella industria abandonada. Era como el esqueleto de lo que había tenido tanta vida.
En un extenso cuadro sembrado de algunos secos árboles, el suelo desaparecía aún bajo el negro polvo del combustible mineral; pero no se veían ni escorias, ni residuos ni un sólo fragmento de hulla; todo había sido recogido y consumido hacía mucho tiempo.
Sobre una colina poco elevada se destacaba el perfil de una enorme obra de madera consumida lentamente por el sol y la lluvia. En la parte superior se descubría una gran rueda, y más abajo se veían los grandes tornos en que se arrollaban los cables que subían los cajones de combustible a la superficie del suelo.
—Sin duda, Harry, pero es preciso confesar que la naturaleza ha sido previsora, formando nuestro esferoide más principalmente de gres, de calcáreas, de granito, que no puede consumir el fuego…
—¿Queréis decir que los hombres hubiesen concluido por quemar todo el globo?
—Sí, entero, hijo mío, respondió el ingeniero. La tierra habria pasado hasta el último átomo a los hornos de las locomotoras, de las locomóviles, de los buques de vapor, de las máquinas de gas; ¡y así habría concluido nuestro mundo un día!
—¡Ya no hay ese temor, señor Starr! ¡Pero también las minas se acabarán, sin duda, más rápidamente de lo que creen los estadísticos!
—Sí, sucederá, Harry, y en mi opinión Inglaterra hace mal en cambiar su combustible por el oro de las demás naciones.
—En efecto, respondió Harry.
—Yo sé muy bien, contestó el ingeniero, que ni la hidráulica ni la electricidad han dicho aún su última palabra, y que llegará un día en que estas fuerzas se utilicen más completamente. Pero no importa. ¡La hulla es de un uso tan práctico, y se presta tan fácilmente a las necesidades variadas de la industria! ¡Desgraciadamente los hombres no pueden producirla a voluntad! Si los bosques de la superficie de la tierra crecen incesantemente por la influencia del calor y del agua, los bosques interiores no se reproducen, y el globo no se encontrará ya nunca en las condiciones necesarias para volverlos a crear.
Jacobo Starr y su guía, hablando siempre, seguían su marcha con paso rápido. Una hora después de haber salido de Callander llegaban a la boca Dochart.
La persona más indiferente se hubiese impresionado ante el triste aspecto que presentaba aquella industria abandonada. Era como el esqueleto de lo que había tenido tanta vida.
En un extenso cuadro sembrado de algunos secos árboles, el suelo desaparecía aún bajo el negro polvo del combustible mineral; pero no se veían ni escorias, ni residuos ni un sólo fragmento de hulla; todo había sido recogido y consumido hacía mucho tiempo.
Sobre una colina poco elevada se destacaba el perfil de una enorme obra de madera consumida lentamente por el sol y la lluvia. En la parte superior se descubría una gran rueda, y más abajo se veían los grandes tornos en que se arrollaban los cables que subían los cajones de combustible a la superficie del suelo.
☼ Es una obra muy amena de leer y recomendable, algo sentimentaloide al estilo siglo XIX y muy fácil de encontrar gratis en Internet, en Español o en Francés, Les Indes Noires.
☼ ADDENDA
Escribí al principio que la saga del carbón es principalmente China, Inglaterra, EEUU en su devenir histórico.
El artículo está dedicado a Inglaterra, con alguna referencia de pasada a EEUU y China, no hay espacio para meter un libro acá !
Pero encontré en el blog de Darwinian, Ron Patterson, una linda gráfica de la producción de carbón de China, dos siglos de producción, desde el 1900 al 2100 -los del siglo XXI proyectados, naturalmente
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Para Saber Más
Pico del Carbón, este 2011
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Pico del Carbón
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La era industrial comenzó hace tres siglos
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Energy and the English Industrial Revolution E. A. Wrigley Cambridge, 21 libras
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Cómo y Porqué España Va al Muere
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Ilustración de algunos factores del Colapso
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Mujica, este es el Secreto de los Bosquimanos
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Germinal , de Zola.
Se suele considerar que es una de las mejores novelas jamás escritas en francés. La novela es una dura y realista historia sobre una huelga de mineros en el norte de Francia en la década de 1860. Ha sido publicada y traducida en más de cien países y ha servido para inspirar cinco adaptaciones cinematográficas y dos producciones de televisión.
La historia se desarrolla en Francia, en un pueblo donde la vida gira en torno a las minas de carbón, lugar de donde la mayor parte de las familias obtienen sustento de éstas; cada miembro de las familias que ahí trabajan se vuelve virtualmente esclavo de la mina, obteniendo salarios de miseria, desgastándose y corriendo el riesgo de no volver a casa en cada momento del día.
* Nótese los zuecos que lleva calzado el minero, a ver si se creen Uds que en el siglo XIX los trabajadores usaban zapatos…
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☼ Las Indias Negras, de Julio Verne
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☼ Oliver Twist, de Charles Dickens
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¤ The Victorians. A N Wilson
http://www.amazon.co.uk/Victorians-N-Wilson/dp/0099451867
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¤ After the Victorians, A N Wilson
http://www.amazon.co.uk/s/ref=nb_sb_noss_1?url=search-alias=stripbooks&field-keywords=After+the+Victorians
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La Aurora del Siglo 19 en Inglaterra
The Dawn of the XIXth Century in England, by John Ashton
En el siglo 18 y aún antes, y durante el siglo 19, construyó Inglaterra una formidable red de canales -ríos artificiales, máquinas pues lo son- principalmente para transportar carbón por su territorio, y otros bienes en menor cantidad. Eso bajó mucho el costo del carbón, pues transportarlo en carro era prohibitivo.
Por supuesto en Europa, principalmente en Francia, Alemania y los Países Bajos se construyó una enorme red de canales aún en uso hoy en día
Canal (voi d’eau) en Francia
Canal de Briare (prototype de tous les canaux modernes)
Canal du Midi Le canal du Midi est un canal français qui relie la Garonne à la mer Méditerranée. Avec le canal de Garonne, il est aussi dénommé « canal des Deux-Mers » car il fournit une voie navigable de l’océan Atlantique à la mer Méditerranée.
El Canal du Midi junto con el Canal de Garonne unen el Atlántico con el Mediterráneo, « canal des Deux-Mers » una via navegable que es el orgullo de Francia.
En España naturalmente no se hizo nada.
☼ La Larga y Gran Depresión del siglo 19
No todo fueron éxitos y la economía de Inglaterra sufrió grandes depresiones cíclicas en este heroico período.
☼ George Orwell, en los años 30, no sabía que el carbón era lo que hacía vivir a Gran Bretaña hasta que fue a Wigan Pier, y lo cuenta en un libro famoso,
Pueden descargarlo gratuitamente de Gutenberg, Australia,
Es recomendable que se descarguen también el documento de Orwell, su primera novela, sobre la condición de las clases bajas en Paris y en Londres, en los años 20 tras la Primera Guerra Mundial (ya lo he discutido en otro artículo)
3 Junio 2014
Read more: http://www.armandobronca.com/como-el-carbon-hizo-grande-inglaterra-y-construyo-el-mundo-moderno_16229/#ixzz5Q5HgdYRI
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