En esta sección
tienes una recopilación de todos los conceptos que tienes que tener
claro antes de acercarte a la Historia. Como toda ciencia, esta usa
conceptos y herramientas propios, aquí intentaremos mostrar poco a poco
parte de ellos. Tienes que tener en cuenta, que al igual que en las
matemáticas no intentarías aprender a dividir antes de dominar las sumas
y las restas, en la Historia no puedes comprender sin antes dominar su
lenguaje y forma de trabajo.
¿Qué es la Historia?
La
Historia es la ciencia que se encarga del estudio del pasado del ser
humano y, por ello, abarca desde la aparición de nuestros primeros
antepasados hasta la actualidad. Seguro que está definición ya la
conocías, pero ¿te has preguntado alguna vez por qué es importante
estudiar Historia o para qué puede resultar útil? Aquí tienes algunas de
las razones que justifican el aprendizaje de nuestro pasado.
* El estudio de la Historia permite recordar los errores y aprender de ellos,
de la misma manera que permite recordar los aciertos ante determinadas
situaciones. Es por eso que esta materia te permite analizar y
comprender mucho mejor tu presente.
* Recordar y comprender nuestro pasado hace que seamos menos vulnerables a la manipulación que se pueda hacer de los acontecimientos, pues tenemos datos que pueden rebatir las afirmaciones que no son verdaderas. Sin esos conocimientos, cualquier persona podría inventar versiones del pasado que le favorecieran y no tendríamos ningún medio para comprobarlo. Es por eso que la Historia ayuda a crear una ciudadanía responsable, consciente de la importancia de sus derechos y capaz de decidir cuando es consultada.
* Recordar y comprender nuestro pasado hace que seamos menos vulnerables a la manipulación que se pueda hacer de los acontecimientos, pues tenemos datos que pueden rebatir las afirmaciones que no son verdaderas. Sin esos conocimientos, cualquier persona podría inventar versiones del pasado que le favorecieran y no tendríamos ningún medio para comprobarlo. Es por eso que la Historia ayuda a crear una ciudadanía responsable, consciente de la importancia de sus derechos y capaz de decidir cuando es consultada.
¿Cómo se hace la Historia?
Ahora
que ya sabes la utilidad y los motivos que hacen necesario estudiar
Historia, es el momento de explicar que proceso sigue el historiador
para investigar nuestro pasado. Este proceso no se puede realizar sin las fuentes históricas. Así que lo primero que debes saber es que podemos ver dos tipos de fuentes: primarias y secundarias.
* Las fuentes primarias son
todos aquellos documentos, materiales, fotografías, vídeos, esculturas,
edificios, yacimientos, tradiciones orales, etc., que corresponden a la
época histórica que está investigando
el historiador. Un ejemplo: una película rodada en los años 20 del
siglo pasado, un periódico de 1923, la música, etc, son fuentes
primarias para el investigador de esa época.
* Las fuentes secundarias,
por otro lado, son los libros, películas, fotos, videos, imágenes, etc,
que narran hechos del pasado, pero no son testigos directos de ellos.
Un ejemplo: un documental sobre las cruzadas, un libro sobre la
conquista de Jerusalén y los cruzados, etc, son fuentes secundarias,
porque no han sido realizadas o escritas cuando sucedían esos
acontecimientos.
Seguro que ya has llegado a algunas conclusiones. La primera es que los libros con los que estudias la Historia en el Liceo son todos fuentes secundarias. Nos permiten conocer nuestro pasado, pero son la recopilación del trabajo de todos los historiadores que investigan las distintas épocas, no documentos u objetos de esas etapas históricas.
La
segunda conclusión a la que seguro que has llegado es que el trabajo
del historiador no sólo consiste en recopilar fuentes, debe
organizarlas, clasificarlas, verificarlas, analizarlas y después
escribir y dar a conocer los datos que aportan. Así pues, el historiador
se plantea una hipotesis de trabajo (causas de la Revolución francesa) y
consulta las fuentes, tanto primarias (documentos de la época, etc.)
como secundarias (trabajos de otros investigadores) y después de
estudiarlas, verificarlas, publica los resultados con sus conclusiones.
Como has podido comprobar el libro que tienes entre tus manos en clase
es el punto final de un enorme trabajo realizado por muchos
investigadores.
El tiempo histórico
1. Las etapas de la Historia.
Como ya sabes, la Historia es la ciencia que se encarga del estudio del pasado del ser humano. Para ello es necesario organizar la información que procede de las distintas fuentes históricas y ordenarlo de manera que sea comprensible. Por eso, los historiadores han diferenciado distintas etapas: Prehistoria, Edad Antigua, Edad Media, Edad Moderna, Edad Contemporánea.
La transición entre unas y otras se fecha con un acontecimiento de especial importancia; por ejemplo, el paso de la Prehistoria a la Edad Antigua se fija con la aparición de la escritura. Debes recordar que, aunque con algunos acontecimientos se fecha el cambio de una etapa a otra, los cambios en la sociedad, la cultura, la política, la economía, etc. se realizan poco a poco.
Ahora observa la imagen y fíjate en los años que marcan el paso de una época a otra. Haz el siguiente ejercicio para repasar las etapas históricas. Ejercicio 1.
2. Contando el tiempo.
Seguro
que al observar la imagen de las etapas históricas, te ha llamado la
atención el uso de unas siglas concretas.: a. C. y d. C. Estas
abreviaturas hacen referencia al nacimiento de Jesucristo, personaje
especialmente importante para el mundo Occidental, y significan antes y
después de Cristo, respectivamente. El uso de estas siglas es
especialmente importante en la Edad Antigua, que como puedes ver,
empieza en el 3000 a. C (aparición de la escritura), pero termina en el
siglo V d. C. (caída de Roma).
Si te fijas bien en la imagen de encima, puedes ver que a medida que nos alejamos del nacimiento de Jesucristo, las fechas aumentan. De manera que el 199 d. C sucedió antes que el 200 d. C.; mientras que el 199 a. C pasó después del 200 a. C.
Si te fijas bien en la imagen de encima, puedes ver que a medida que nos alejamos del nacimiento de Jesucristo, las fechas aumentan. De manera que el 199 d. C sucedió antes que el 200 d. C.; mientras que el 199 a. C pasó después del 200 a. C.
Para trabajar con el tiempo histórico es necesario, también, saber a
qué siglos y milenios pertenecen los años. Es importante que recuerdes
que al año 0 no existe y que se pasa del año 1 a. C. al 1 d.C.
Existe un pequeño truco para establecer la correspondencia entre los años y los siglos: a las centenas debes sumarle 1 y transformar el resultado en números romanos. Lo mismo sucede con los milenios, pero usando de partida las unidades de millar. Otro dato que debes recordar es que a los años terminados en 00 no hace falta sumarles el 1.
Ahora que ya sabes cómo se realacionan los siglos y los milenios con los años es el momento de que realices el siguiente ejercicio para afianzar tus conocimientos: Ejercicio 2
Antes de continuar debes saber que no todas las culturas cuentan el tiempo de la misma manera. Así pues las siglas a. C. y d. C. son habituales y muy comunes en el mundo occidental, es decir, nuestra cultura. Sin embargo, otras culturas como la china o la musulmana tienen otros calendarios. Por ejemplo, los chinos se encuentran en el año 4715, mientras que los musulmanes están en el 1395, porque utilizan otros acontecimientos como punto de partida que son de especial importancia para ellos.3. Ordenando la Historia
Todo lo que has aprendido hasta ahora sobre cómo tratar el tiempo histórico tiene como objetivo ordenar los acontecimientos, fenómenos y desarrollos culturales, económicos, políticos y sociales de la forma correcta. Para ello, los historiadores utilizan las líneas de tiempo o ejes cronológicos, donde pueden situar hechos de forma ordenada y destacando los más importantes.
Los ejes cronológicos pueden tener distintos temas y tratar desde la historia política a los avances culturales. Son extremadamente útiles si se usan para comparar la evolución de culturas y sociedades contemporáneas. Es por eso que es necesario saber analizar una línea de tiempo y saber crear tus propios ejes cronológicos.
Existe un pequeño truco para establecer la correspondencia entre los años y los siglos: a las centenas debes sumarle 1 y transformar el resultado en números romanos. Lo mismo sucede con los milenios, pero usando de partida las unidades de millar. Otro dato que debes recordar es que a los años terminados en 00 no hace falta sumarles el 1.
Ahora que ya sabes cómo se realacionan los siglos y los milenios con los años es el momento de que realices el siguiente ejercicio para afianzar tus conocimientos: Ejercicio 2
Antes de continuar debes saber que no todas las culturas cuentan el tiempo de la misma manera. Así pues las siglas a. C. y d. C. son habituales y muy comunes en el mundo occidental, es decir, nuestra cultura. Sin embargo, otras culturas como la china o la musulmana tienen otros calendarios. Por ejemplo, los chinos se encuentran en el año 4715, mientras que los musulmanes están en el 1395, porque utilizan otros acontecimientos como punto de partida que son de especial importancia para ellos.3. Ordenando la Historia
Todo lo que has aprendido hasta ahora sobre cómo tratar el tiempo histórico tiene como objetivo ordenar los acontecimientos, fenómenos y desarrollos culturales, económicos, políticos y sociales de la forma correcta. Para ello, los historiadores utilizan las líneas de tiempo o ejes cronológicos, donde pueden situar hechos de forma ordenada y destacando los más importantes.
Los ejes cronológicos pueden tener distintos temas y tratar desde la historia política a los avances culturales. Son extremadamente útiles si se usan para comparar la evolución de culturas y sociedades contemporáneas. Es por eso que es necesario saber analizar una línea de tiempo y saber crear tus propios ejes cronológicos.
Ahora que ya sabes realizar e interpretar ejes cronológicos, prueba a hacer una línea de tiempo con los hechos más importantes de tu familia.
¿Cómo analizar un eje cronológico o una línea de tiempo?
Los
ejes cronológicos son una de las herramientas que utilizan los
historiadores para ordenar los acontecimientos, procesos y avances que
tienen lugar en las distintas épocas históricas. Su uso no se reduce
exclusivamente a la ordenación de hechos políticos, como batallas,
nacimientos de reyes o transiciones de etapas, sino que pueden servir
para situar avances técnológicos, comparar la evolución de las
civilizaciones o relacionar culturas contemporáneas. Por ello, es
importante saber qué información nos puede aportar una de estas líneas
de tiempo.
A continuación, tienes una pequeña guía con imágenes sobre qué debes buscar para sacar el máximo de información posible de esta herramienta:1. Debes fijarte en la leyenda o nombre del eje, pues te va a dar información sobre el tema que trata; por ejemplo, etapas de Egipto, especies homínidas, inventos tecnológicos, etc.
A continuación, tienes una pequeña guía con imágenes sobre qué debes buscar para sacar el máximo de información posible de esta herramienta:1. Debes fijarte en la leyenda o nombre del eje, pues te va a dar información sobre el tema que trata; por ejemplo, etapas de Egipto, especies homínidas, inventos tecnológicos, etc.
2.
Ahora debes fijarte en las fechas de inicio y fin del eje, pues te
darán información sobre el periodo cronológico que abarca y si este se
sitúa en un siglo concreto o periodos más amplios.
3. El tercer aspecto que tienes que ser capaz de reconocer es el referente a las divisiones o subdivisiones que aparecen en la línea de tiempo. Recuerda que las etapas históricas las solemos subdividir para manejar mejor los datos.
4. Finalmente, en un eje aparecen también acontecimientos que se consideran importantes. Por ejemplo, en un eje sobre las Guerra Púnicas se pondrán las batallas importantes y también las firmas de tratados de paz.
¿Cómo crear tu propio eje cronológico o línea de tiempo?
Como ya sabes, una línea de tiempo puede ayudarte a ordenar cronológicamente los acontecimientos de una etapa, a ver las relaciones causa-efecto en algunos procesos históricos o a comparar la evolución de diferentes culturas. (Por ejemplo: los reinos cristianos y Al-andalus en la Península ibérica). Por eso, es importante saber cómo elaborar un eje cronológico correctamente. A continuación tienes una explicación sobre este tema:1. El primer paso es tener claro el tema que vas a representar el eje cronológico y colocarlo a modo de leyenda o título.
2. Ahora debes seleccionar los acontecimientos que se van a representar en el eje: fecha de inicio y fin del eje, subdivisiones de etapas con sus fechas y los hechos más relevantes que quieras situar en el eje.
3. Antes de trazar la línea recuerda seleccionar un papel milimetrado y calcular el total de años que necesitas representar. Una buena referencia es que cada milimetro represente 10 años, así cada recuadro corresponderá a un siglo. De esta manera, debes calcular los años totales de tu eje y los años que abarca cada etapa. Ahora ya estás listo para dibujar el eje y poner las fechas y etapas.
4. Ahora es el momento de añadir más información al eje: nombres de las etapas, acontecimientos importantes. Recuerda siempre mantener la correspondencia con los años y situarlos correctamente en el eje.
5. Si quieres puedes añadir colores, fotos o cualquier otro elemento que mejore la presentación de tu eje.
Si no te ha quedado claro algún paso, puedes consultar también esta guía. Además, debes saber que existen distintas aplicaciones en internet que permiten realizar ejes cronológicos y compartirlos con el resto de usuarios. Es el caso de la aplicación TimeRime.